Más de un centenar de estudiantes siguieron al experto Josep Colonques por Santa Agnès.

Los excursionistas que ayer recorrieron los alrededores de Santa Agnès no se miraban a los ojos mientras hablaban porque todos tenían la vista fija en los terrenos que atravesaban a paso ligero. En compañía del acupuntor y naturólogo Josep Colonques más de un centenar de alumnos de la Escuela de Adultos pasó toda la mañana reconociendo in situ algunas de las plantas autóctonas de la isla que se pueden utilizar con fines medicinales.

Con esta actividad se han puesto en marcha las VII Jornades Culturals del CEPA (Centro de Educación de Personas Adultas) que se celebran en Eivissa. En la isla, según explicó Josep Colonques a sus alumnos, «existen más de un millar de clases de plantas», lo que ha convertido a algunas zonas naturales de la isla en un verdadero campo de trabajo para los aficionados a la botánica.

El itinerario previsto en un principio, por la zona de Buscastell, se cambió tras comprobar que las lluvias habían dejado el terreno en mal estado. Los excursionistas llegaron a Santa Agnès en dos autobuses y recorrieron a pie es Pla de Corona, ya que uno de los objetivos de esta actividad es dar a conocer rincones de Eivissa que, tal y como comentaba el jefe de estudios, Luis Ruiz, muchas veces no hemos visitado a pesar de residir en la isla. La primera planta que el grupo pudo observar fue la cañaveja, que antiguamente se utilizaba para curar reumatismos pero que también puede provocar erupciones en la piel. «Si buscas plantas curativas hay que tener cuidado porque muchas se parecen y pueden ser peligrosas», comentaba el profesor. «Lo mejor es salir con un libro para ir viendo las fotografías», añadía una de las alumnas. El paseo se convirtió en un intercambio de trucos y recetas curativas sobre cómo sacar provecho al romero, el cardo o las ortigas. Los asistentes, de todas las edades y de diferentes nacionalidades, asistieron por la tarde a un taller práctico en el que Colonques les enseñó cómo macerar, cocer o tintar las plantas que había recogido.Sara Yturriaga