El próximo 24 y 25 de abril se estrenará en el auditorio de Cas Serres, en Eivissa, la ópera «El círculo vicioso», escrita por Julio Herranz y compuesta por el músico Adolfo Villalonga.

Ese día Rubén Perlotti podrá ver sobre el escenario, y no en una pasarela, seis diseños ideados por él. Habituado a confeccionar trajes de novia, ésta no es sin embargo la primera vez en que el argentino se encarga del vestuario para una representación teatral, experiencia que ya había asumido en su país. «En cuanto me llegó la propuesta y leí el libreto me interesó mucho la historia, porque aunque ésta no es mi vocación y creo que para diseñar el vestuario teatral también hay que formarse y estudiar mucho; me pareció un reto importante y un honor que me lo hayan ofrecido», comenta Perlotti.

Él se ha encargado de diseñar los trajes de los seis cantantes (cuatro hombres y dos mujeres) que protagonizan esta ópera, la primera que se ha escrito y dirigido en Eivissa. Para ello, Perlotti se ha inspirado en el neoplasticismo y en la escuela Bauhaus, corrientes con las que rápidamente identificó la estética de los personajes.

«En cuanto leí el libreto y fui descubriendo cómo eran los personajes rápidamente me vino a la cabeza el Bauhaus; esto es lo que he intentado plasmar en cada uno de los vestidos».

Las líneas geométricas que toman protagonismo con el movimiento fundado en 1919 por el arquitecto Walter Gropius, se adivinan en la indumentaria de la presentadora, la madre, el artista, el obispo, el doctor y el político.

Los dibujos empezaron tomar forma hace unos quince días, aunque el trabajo había comenzado mucho antes gracias a las conversaciones entre el diseñador y el director musical, Adolfo Villalonga. «Siempre que he decidido participar en una representación teatral he pedido trabajar con libertad, y hablando con Adolfo Villalonga enseguida noté que por su parte había un gran respeto hacia el diseño», recuerda Perlotti, quien ha combinado esa libertad que le otorga su profesión con la esencia de una historia que gira en torno a la temática del sida.

«Cada color tiene su explicación y como en esa historia existe un círculo negro decidí que en cada traje la parte inferior siempre fuese de ese color».

El proceso de creación del vestuario se ha desarrollado sin perder de vista la escenografía, que corre a cargo de Daniel Giannini. «La formas geométricas también aparecen en el escenario y por eso Daniel y yo hemos estado en contacto mientras trabajábamos -afirma-; quiero que los vestidos se proyecten sobre los espejos que habrá en el escenario para transmitir la idea de la raíz, en consonancia precisamente con el Bauhaus». El cuerpo de los profesionales que interpretarán a cada uno de los personajes también ha sido tenido en cuenta por Perlotti, que espera que las pruebas de vestuario se puedan realizar unos días antes del estreno.

Sara Yturriaga