En el parque ferial Juan Carlos I, en Madrid, se vive este fin de semana a un ritmo frenético. La Pasarela Cibeles, la SIMM (Semana Internacional de la Moda) y Arco son propuestas incluidas en este inmenso pabellón. Y en el centro de esa marabunta de clientes, modelos, diseñadores y arte se encuentra una expedición de 21 firmas ibicencas que participan en la SIMM presentando sus nuevas creaciones para la próxima temporada.

Una de las novedades de este año es la de que haya coincidido la apertura de la feria con la Pasarela Cibeles (abierta por David Delfín, quien nunca deja indiferente, y el diseñador mallorquín José Miró), detalle que ha incrementado la atracción hacia esta cita.

Ayer, jornada inaugural, los profesionales de la isla pudieron hacer un primer balance de una de las citas más esperada por un sector que en Eivissa tiene un peso importante gracias al estilo Adlib. Las ventas se mantienen año tras año y los stands se convierten en un improvisado despacho en el que diseñadores y clientes se intercambian tarjetas y CD que incluyen un muestrario de las colecciones, trueque que a menudo se traduce en pedidos tanto nacionales como internacionales. Inma López exporta su marca, Lopeta, desde hace años, pero para esta edición ha creado Nez, una nueva firma que está gustando mucho. «Es un nuevo concepto, con fotografías impresas sobre los tejidos que crean la impresión de que uno las puede coger con la mano», explicaba. Inma López se mostraba satisfecha, especialmente por un interesante contacto que había conseguido con un cliente australiano, pero aún así comentaba que «durante el fin de semana la venta siempre es más fuerte».

Otros de los diseñadores ibicencos presentes son Luis Ferrer y José Manuel Pego, quienes se mostraban muy positivos ante el volumen de ventas. «Se mantienen los clientes del año pasado y eso es muy importante, me han hecho darme cuenta de que la moda de Eivissa sigue siendo muy fuerte», argumentaba convencido. Ferrer presenta una colección corta de diseños blancos en los que esta vez hay más puntillas y menos ganchillo.

Sara Yturriaga