La producción de almendra y algarroba de las Pitiüses volverá a descender este año. En el anterior se recuperó de la fuerte caída de los últimos años, que alcanzó un tope del 60 por ciento, provocada por la sequía. Las anomalías del tiempo (fuertes lluvias y calor) de este año repercutirán en la disminución de la recolección. De todos modos, son muchos los agricultores que este año no van a mover un dedo para recoger la algarroba, según explica la cooperativa de Sant Antoni, que comercializa casi la mitad de la producción de almendra y algarroba de la isla, debido a que no resulta rentable.

El responsable de esta cooperativa, Pere Prats, asegura que los 18 céntimos de euro por kilo que se paga actualmente al productor «no cubre ni la mano de obra». «Este año quedará mucho fruto sin recoger. No es rentable», asegura Prats. Con la almendra sucede algo similar, los costes de producción han aumentado, lo que dificulta a los agricultores a sacarle provecho. La cooperativa de Sant Antoni recogió el año pasado aproximadamente 800 toneladas de algarroba y 130 de almendra, que se comercializa en Valencia y Mallorca principalmente. El fruto de la algarroba también se exporta fuera de las Pitiüses, mientras que la pulpa (el envoltorio del fruto) se tritura en la cooperativa y se aprovecha para el consumo del ganado de la isla.

Aparte de la falta de rentabilidad en la producción, Prats explica que el calor y la incidencia de las lluvias (fuertes precipitaciones en primavera) condicionará la producción de este año, que se está recogiendo ahora. La empresa Agrupación Ibiza es otro gran productor de frutos secos en la isla. El año pasado (hasta el 31 de agosto de 2003) puso a la venta 1.188 toneladas de algarroba y 180 de almendras recogidas en la isla. El responsable de esta empresa, Francisco Guasch, también reconoce que a muchos productores no les sale a cuenta recoger el fruto, por lo que dejan que se pudra. Agrupación Ibiza también comercializa la producción de almendra y algarroba fuera de la isla. Guasch espera también una bajada en la recolección y, aunque hasta final de año no tendrá datos fiables, indica que puede estar en torno al 20-30 por ciento.