Si el ambiente de participación y comprensión que ayer se
respiraba en la plaza del Parque de Eivissa durante la
conmemoración del Día de la Tierra, se tradujese en un respeto
generalizado hacia el planeta tierra, es posible que hoy día no
fuese necesaria tanta lucha en torno a esta idea. Pero, al menos en
ese pequeño rincón, la asociación Amics de la Terra se preocupó de
que la duodécima edición de este encuentro, en el que colaboran el
Consell Insular y el Ayuntamiento de Eivissa, atrajese a cientos de
personas a lo largo de la jornada. Turistas y residentes pasearon
por una de las plazas con más vida del municipio, atraídos por las
actuaciones musicales, los juegos y el amplio abanico de propuestas
alternativas.
Cambiar los hábitos alimenticios puede ser una buena manera de
empezar a comportarse de manera más ecológica, parecían querer
expresar las delicias que llenaban las bandejas de muchos
tenderetes. En uno de los stands se podían catar y comprar
productos incluidos en la denominación de Comercio Justo, un
movimiento internacional que garantiza a las cooperativas
productoras de Àfrica y América Latina un precio mínimo estable y
condiciones dignas. Además, el Govern balear financió dos lotes
valorados en 40 euros cada uno que fueron sorteados entre quienes
se atrevieron a rellenar un cuestionario de preguntas sobre el
consumo ético. «La gente también puede escribir en este panel en
qué mejoras para la isla invertiría su dinero si fuese millonario»,
explicaba una voluntaria. Poco a poco el corcho se fue llenando de
propuestas anónimas como la de comprar más espacios naturales o
instalar placas solares. «Todas las ideas se las entregaremos al
Consell para que las tengan en cuenta al invertir el dinero
recaudado con la ecotasa», explicaba la presidenta de Amics de la
Terra, Hazel Morgan, quien señaló que el encuentro «no es un
mercado porque divulga el trabajo de esta gente». Bajo una pequeña
carpa, además de haberse instalado una mesa para recoger firmas
contra la ampliación del aeropuerto, se ofrecía la posibilidad de
escribir, sobre una paloma de papel, un deseo para después colgarla
en algún lugar de la plaza. Eso mismo habían hecho los alumnos del
colegio Vara de Rey para decorar el escenario con 178 palomas.
Tras la lectura del manifiesto, a cargo del director de teatro y
periodista Vicent Tur, durante todo el día se subieron al escenario
músicos como Pere Corona, Joan Morenu, Jon Michell o Ana Oriana.
Junto al stand de Environment Versus Pollution los niños pintaban
ceniceros de playa y fabricaban sales de baño. Cerca de allí,
Julián, de la compañía de reciclaje de aguas residuales Terravita
Gardens, informaba sobre su trabajo. Tampoco faltó una mesa de
solidaridad con Galicia que recaudó dinero a través de la venta de
cerámica.
S.Y.
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