Algunas de las mamás dedicaron la tarde de ayer a coser el tul de los trajes de cabaretera. Fotos: MARCO TORRES

Al igual que para otros muchos colectivos de la ciudad, en la Asociación Magna Pitiusa, volcada en la atención de personas con deficiencias auditivas y sensoriales, la cuenta atrás para la Rúa de Carnaval ya ha comenzado. Desde hace más de un mes Antonia Ramon dirige un taller en el que participan alrededor de cincuenta personas, adultos y niños, para el montaje de una carroza. «Solemos quedar un par de días entre semana y los sábados por la tarde», señaló ayer en un descanso en la sede de la Plataforma Sociosanitaria.
«Nos hemos repartido el trabajo entre todos. Los niños han fabricado unas botellas, han confeccionado los gorros y han ayudado a pintar el decorado con el que vamos a 'disfrazar' el remolque que nos deja Paco Soria, de Transportes Ryr», explicó la responsable. Este año Magna Pitïusa acude a la Rúa en solitario: «Antes habíamos participado junto a la Once, pero este año lo hacemos en solitario», aclaró la promotora del taller de Carnaval y de la carroza.
El tema elegido para participar en el concurso de carrozas convocado con motivo de la Rúa es el lejano Oeste. «Lo han elegido los niños y la verdad es que está bien para poder montar el decorado y hacer los disfraces porque da mucho juego», señaló Antonia.
En el taller niños con y sin deficiencias auditivas y visuales han intercambiado experiencias mientras trabajaban las distintas texturas y, al mismo tiempo, ha servido de punto de reunión para los padres que se han volcado por completo en el 'disfraz' del remolque con el que desfilarán por el centro de Eivissa el próximo sábado. «Al final esto nos ha venido muy bien a todos y se acabarán disfrazando hasta los que al principio decían que no querían», comentó una de las madres entre puntada y puntada a un tul rojo. «Las mujeres iremos disfrazadas de cabareteras y los hombres de pistoleros», dijo otra de las madres.
Entre los elementos del decorado destaca un piano de tamaño natural construido con cartón al que no le faltan un par de candelabros plateados. «También habrá mesas y puertas de vaivén como las de los salones del Oeste», dijo emocionado uno de los pequeños autores de la carroza.
A lo largo de toda la semana mayores y pequeños darán los últimos retoques a los disfraces y adornos. «El viernes por la noche nos entregarán la plataformade nueve metros de largo sobre la que vamos a montar la carroza y nos desplazaremos a una nave para montarlo todo entre todos», explicó Antonia Ramon.
E.E.