Vista de un local de ocio nocturno en el casco urbano de Sant Antoni.

El pleno de Sant Antoni aprobó ayer por unanimidad poner coto a la apertura de nuevos locales de ocio nocturno hasta que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) no se adapte al Plan Territorial Insular (PTI), la normativa matriz que regulará el territorio en las Pitiüses pendiente aún de aprobación por parte del Consell Insular.

La moción presentada por Democràcia Pitiusa (DP) se refiere a las discotecas, bares musicales, cafés-concierto, tablaos flamencos y «otros locales ruidosos o molestos para los vecinos». DP le ha puesto incluso nombre a esta iniciativa: Operación Turismo Duradero. Para los centristas, esta medida temporal debe servir para evitar «la creación de nuevas zonas de bares y discotecas, que luego derivan en focos de ruido, conflictos y molestias para el municipio y que tan perjudiciales son para la paz y la imagen de Sant Antoni». La moratoria debe estar en vigor hasta que el plan general, una vez esté adaptado al PTI, establezca las zonas donde se pueden ubicar este tipo de establecimientos.

El equipo de gobierno, del PP, dio su apoyo a la iniciativa de DP, pero puntualizó que no se puede adoptar esta medida por las buenas. «El plan general, aprobado por todos, establece unos usos determinados. Para llevar a cabo esta moratoria hay que aprobar una ordenanza y hacer una modificación del plan general. Por ello, con el espíritu de intentar impedir al máximo la concesión de estas licencias, iniciaremos los trámites legales para poder ejecutar la moción aprobada», explicó el alcalde de Sant Antoni, Antoni Marí Tur, ante el pleno.

El Pacte, por su parte, también votó a favor de la moción presentada por DP: «Estamos de acuerdo con todo lo que suponga evitar el descontrol». El portavoz de los progresistas, Joan Marí Serra, puso el grito en el cielo por el proyecto presentado ante el Ayuntamiento para abrir un nuevo café-concierto, con capacidad para más de 1.000 personas en el Paseo Marítimo, frente al muelle.