El Ayuntamiento de Eivissa acometió el pasado mes de abril una inversión de 600.000 euros (100 millones de pesetas) para reformar y adecentar las aceras del municipio que estaban en peor estado. Algunas de las mejoras se han llevado a cabo en la zona de la Marina y en la calle Castilla. Unos meses después, los comercios hacen sus críticas sobre las obras y parece ser que las opiniones están divididas: por un lado se encuentran los comercios de la Marina, quienes están «encantados» con la peatonalización de la zona. Este es el caso de María Luisa Luque, encargada de una franquicia de Eivissa. «Siempre estuve a favor y ha sido positivo porque se ve más ambiente y más gente por la zona».

De igual modo opina María Herráez, propietaria de una licorería: «Ha sido una mejora notable. Hay mucha más afluencia de público porque esta calle antes era secundaria y ahora es como si fuera principal. Además, las ventas han subido mucho», comenta María. Josefina, una joven que lleva 14 años viviendo en la isla y que es encargada de una tienda de ropa infantil, también se suma a valorar de forma positiva las obras de peatonalización. «Ha sido un acierto hacer las obras porque hay mucho más ambiente. Hay gente que estaba en contra porque decían que luego para hacer las descargas de mercancía los camiones no tendrían sitio. Sin embargo, ese problema ya existía antes porque los coches no respetaban, ni respetan, los vados de descarga», asegura Josefina.

Por otro lado, encontramos los comercios de la calle Castilla, donde las opiniones son opuestas a la zona de la Marina. Félix Martínez, propietario de una tienda de chucherías, está bastante descontento. «Los acabados de las obras no son lo que se esperaba. Además, las reformas duraron mucho y nos han estropeado la temporada de invierno porque la gente no pasaba por esta calle», explica Félix descontento. «Pienso que para como lo han dejado, antes estaba mejor. Incluso me han estropeado una baldosa de la entrada y todavía estoy esperando a que vengan», dice sin esperanza.

Del mismo modo opina Laura Torres, quien abrió su tienda en marzo y poco después la tuvo que cerrar, durante un mes, por culpa de las obras. «Al principio estaba de acuerdo con que se peatonalizase, pero los acabados son muy malos. Nos dijeron que bajarían la calle para que no entrase tanta agua y en lugar de eso la han subido, por lo que ahora entra casi un palmo de agua», apunta esta ibicenca bastante indignada. A favor o en contra, lo cierto es que la ciudad ha cambiado su aspecto con estas obras de remodelación. Cambios que todavía no han finalizado porque el Consistorio de Eivissa prepara nuevas obras: se ejecutará la segunda fase de peatonalización en La Marina y también se cerrará al tráfico, aunque no el próximo año, el vial sur de Vara de Rey.