Hacer las maletas, cambiar de ciudad o buscar otro lugar de trabajo son algunos de los planes inmediatos que actualmente barajan los chicos y chicas que cada verano ambientan las pistas de baile en las discotecas de Eivissa. Cuando llega el mes de septiembre el cuerpo de quien vive de la profesión de gogó reclama con insistencia un descanso físico y mental. Diego León Saldarriaga, bailarín y responsable de animación de la discoteca Amnesia no ha disfrutado de un sólo día libre en todo el verano. Noche tras noche, entre las 23'30 y las 08'00 horas, ha bailado sin parar, ha paseado su palmito por el puerto de Eivissa y se ha ocupado de organizar a los cincuenta bailarines que suele tener a su cargo.

«En invierno me voy a Barcelona pero sigo bailando en la discoteca Atlántida, que también tiene que ver con Amnesia. Y a veces hago de modelo, ahora por ejemplo tengo un trabajo en Chile», explica este colombiano que después de ocho años se ha convertido en un personaje muy conocido de la noche ibicenca. En las noches anteriores al cierre del famoso local de la isla, en el grupo ya habían comenzado las despedidas. Fátima se mostraba triste porque el día anterior había tenido que decir adiós a algunas de sus compañeras, pero al llegar la noche el desánimo debía quedar aparcado para mostrar la mejor de sus sonrisas ante un público con ganas de fiesta.

A lo largo del verano el horario laboral de los gogós comienza hacia las 23'00 horas en un local de el puerto de Eivissa. Allí se visten (o se disfrazaban) con el uniforme de trabajo y entonces llega el momento de recorrer las callejuelas atestadas de gente para atraer al personal. Chicos y sobre todo chicas guapas, botas de tacones infinitos, vestuario sexy y de fantasía y mucha marcha, es el cebo para un objetivo final: llenar Amnesia. Una vez allí, estos bailarines venidos de países de todo el mundo comienzan su infinita danza.

«Bailan toda la noche en turnos de unos 15 o 20 minutos, aunque depende del estilo que estés bailando, porque si por ejemplo es trance descansas más y puedes estar más tiempo», explica Diego León, un relaciones públicas que no tiene problemas de entendimiento con la internacional plantilla ya que él mismo habla seis idiomas. En el verano de Eivissa no escasean las oportunidades para las gogós principiantes de reinas de la noche, pero tanta demanda también tiene sus desventajas: «En Eivissa se paga mucho menos que en otras ciudades como en Italia, donde es una profesión seria y puedes llegar a cobrar 50.000 pesetas la noche. Pero también es verdad que aquí trabajas cuatro meses seguidos mientras que en Miami hay trabajo un mes al año», aclara Diego.

Carola y Jenny han dejado su Alemania natal para pasar aquí el verano, en una isla que les atrae porque, como dice Jenny «es única en el mundo». Saben que es una etapa, que en el futuro deberán dirigir su vida hacia otros derroteros, pero por el momento no tienen prisa por dejar esta profesión. A simple vista las chicas parecen dominar el panorama, pero actualmente en los locales hay sitio para ambos sexos: «En Amnesia, en la pista de dentro predominan las chicas, pero la terraza es más gay y hay más chicos», explica Diego. Movimientos improvisados para las largas noches de verano.