GUILLERMO ROMANÍ Trescientas personas, la mayoría niños, se congregaron ayer en la playa de es Pujols de Formentera para ver la suelta de una caretta caretta, tortuga boba, como acto final de la campaña a fondo de Adena y la CAM. Se trataba de un ejemplar de entre 40 y 45 cm de longitud y 20 kilos de peso que había permanecido en el centro de recuperación Vellmarí desde principios de julio.

El biólogo marino Manu San Félix explicó que el animal había sido recogido con un anzuelo expulsado y colgando por la cloaca y un sedal de pesca de palometa que estaba efectuando torsión intestinal por lo que fue preciso operarla. Apodada 'La voraz' por sus cuidadores debido a su insaciable apetito, la liberación de la tortuga fue apadrinada por el alcalde de Formentera, Isidor Torres y el vicepresidente de la CAM, Armando Salas.

Formentera ha sido la localidad donde ha finalizado la campaña tras pasar por Barcelona, Premià de Mar, Cullera, Alicante, La Manga y Eivissa donde se han realizado actividades divulgativas en las que han participado cerca de 20.000 personas. En total se han liberado 16 tortugas bobas, víctimas de los anzuelos de palangres y mallas de artes de pesca no selectivas. Además, se han recogido más de 2.000 firmas solicitando al Ministro de Agricultura y Pesca que lidere una posición integradora del medio ambiente en la gestión pesquera pidiendo medidas que reduzcan las capturas accidentales.

En este sentido, WWF/Adena se ha puesto en contacto durante esta campaña con 30 cofradías de pescadores, constatando que pescadores y conservacionistas están en el mismo barco, en contra de una política pesquera que fomenta la sobreexplotación de los recursos y cuyos grandes perjudicados son precisamente los pescadores artesanales como los de Formentera.