Trescientas personas, la mayoría niños, se congregaron ayer en la
playa de es Pujols de Formentera para ver la suelta de una caretta
caretta, tortuga boba, como acto final de la campaña a fondo de
Adena y la CAM. Se trataba de un ejemplar de entre 40 y 45 cm de
longitud y 20 kilos de peso que había permanecido en el centro de
recuperación Vellmarí desde principios de julio.
El biólogo marino Manu San Félix explicó que el animal había
sido recogido con un anzuelo expulsado y colgando por la cloaca y
un sedal de pesca de palometa que estaba efectuando torsión
intestinal por lo que fue preciso operarla. Apodada 'La voraz' por
sus cuidadores debido a su insaciable apetito, la liberación de la
tortuga fue apadrinada por el alcalde de Formentera, Isidor Torres
y el vicepresidente de la CAM, Armando Salas.
Formentera ha sido la localidad donde ha finalizado la campaña
tras pasar por Barcelona, Premià de Mar, Cullera, Alicante, La
Manga y Eivissa donde se han realizado actividades divulgativas en
las que han participado cerca de 20.000 personas. En total se han
liberado 16 tortugas bobas, víctimas de los anzuelos de palangres y
mallas de artes de pesca no selectivas. Además, se han recogido más
de 2.000 firmas solicitando al Ministro de Agricultura y Pesca que
lidere una posición integradora del medio ambiente en la gestión
pesquera pidiendo medidas que reduzcan las capturas
accidentales.
En este sentido, WWF/Adena se ha puesto en contacto durante esta
campaña con 30 cofradías de pescadores, constatando que pescadores
y conservacionistas están en el mismo barco, en contra de una
política pesquera que fomenta la sobreexplotación de los recursos y
cuyos grandes perjudicados son precisamente los pescadores
artesanales como los de Formentera.
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