Empiezo una hora antes de que se ponga el sol y hago la bajada. Mezclo ritmos y en los cinco últimos minutos pongo una música más ambiental», explica Bruno, el Dj residente de Café del Mar desde hace ya cinco años. Este músico de 33 años nacido en el norte de Francia es consciente de que pinchar una sesión al ritmo de la puesta de sol potencia la creatividad de su profesión. Un trabajo que como él mismo asegura «es una improvisación diaria» que alcanza su punto álgido en los instantes previos a la desaparición del sol tras el horizonte. «Tengo que calcular cuántos temas me quedan y si puedo hacer coincidir el último rayo con un sonido especial es perfecto», dice Bruno, quien desde las 20'00 y hasta las 24'00 horas impone su estilo desde su peculiar templo, una pequeña cabina.

Bruno (quien prefiere no dar su apellido porque dice estar harto de que lo escriban mal), tiene otros muchos proyectos. Recientemente finalizó el Global Lounge Session, en el que ha trabajado junto a profesionales de Miami y en el que juega «con diferentes estilos» como el funky o el jazz. También tiene un carácter internacional el disco que está realizando junto a los discjockeys del Café Abstrait de Alemania y el del Boulevard de París. «En el local de Alemania pinchan una vez al mes música clásica y se llena, eso aquí no funcionaría; y el Boulevard sigue un estilo de música árabe», explica este inquieto artista. Son colaboraciones que no le impiden continuar con su trabajo en Café del Mar, en el que además de incluirse los ya tradicionales volúmenes del local, pronto habrá que sumarle el Chill House Mix 3, un CD que recoge la música «postpuesta del sol, el deep house», la menos conocida de este punto de encuentro de la isla.

Bruno habla con soltura tanto de la actualidad de la isla"«estoy cansado de la cultura de discotecas, de promotores que traen a gente de fuera y no hacen nada por la isla»", como de la polémica creada entre su predecesor, José Padilla y Café del Mar. «Claro que me ha afectado, existía una leyenda alrededor de ambos y la gente no los disociaba». Ahora Bruno pasa por un buen año, por vez primera los volúmenes se editan a través de Café del Mar Music y no de compañías extranjeras. «Así no tenemos que depender de ellas».