EUGENIO RODRIGUEZ Si las lluvias de los primeros meses del año fueron casi milagrosas para el campo pitiuso, excesivamente seco después de casi cinco años de escasez, las últimas precipitaciones están resultando fatales para la parte de la cosecha que sigue pendiente de recolección, así como para los productos hortícolas, especialmente el tomate.

El caudal de agua que la tormenta del sábado vertió sobre el campo pitiuso puede hacer trizas parte de los productos más típicos de la huerta pitiusa. Frutos como el melón u hortalizas como el tomate absorbieron en muy poco tiempo más agua de la que necesitan, lo que puede producir su fractura. Según los agricultores consultados por este periódico, las consecuencias de las últimas lluvias se irán viendo a lo largo de la semana. «El daño se verá la semana que viene, que es cuando seguramente aparecerán tomates estropeados», dice un agricultor de la zona de Sant Rafel.

La cooperativa Agroeivissa también está notando ya los efectos de las lluvias. «Los agricultores no pueden pisar ahora el campo por lo que estamos recibiendo menos mercancía. De todos modos lo que ya está sembrado no se perderá»,augura el gerente de Agroeivissa, Daniel Criado. No obstante, reconoce que sí se puede perder parte de la cosecha de tomates plantados sobre el suelo. «Es así, pero apenas nos afectará ya que echamos mano a mucho tomate de parra e invernadero», añade.

El otro temor de los agricultores son las plagas. La humedad que dejan las precipitaciones son un foco para hongos y bacterias, que aparecen cuando calienta de nuevo el sol. La viña, que se encuentra en su fase de maduración, también se está viendo afectada por estos cambios meteorológicos tan bruscos que se están produciendo este verano. Algunos agricultores temen que parte de la cosecha pueda pudrirse por lo que podrían verse obligados a vendimiar antes de tiempo.

También puede hacerse trizas parte de la cosecha de cereales que aún no se ha recogido, según apunta el técnico de la cooperativa de Sant Antoni, Ricardo Pérez. Las lluvias han tumbado aún más si cabe los tallos lo que dificulta sobremanera su recolección.