Lugareños y, sobre todo, turistas siguieron ayer atentamente la evolución del desfile de carros pageses engalanados que llenó de bullicio y algún que otro relinche el centro de Cala Llonga, que ayer celebró el día grande de sus fiestas. Veintiocho carros procedentes de distintos puntos de la isla y tirados por distintas razas de caballos y ponys puso el toque de color a la jornada en la que los turistas fotografiaron sin parar a los distintos carros que se pasearon por las calles más céntricas de este conocido centro turístico.

El ball pagès, que puso el toque folklórico de la jornada, fue interpretado por la Colla de l'Horta de Jesús, cuyos componentes se pasearon repartidos en algunos de los carros típicos tocando las castanyoles para dar ritmo acústico a un desfile que precedió una animada verbena a cargo de la orquesta Vulcano que concentró a gran número de personas que esperaron impacientes la quema de un castillo de fuegos artificiales que cerró las fiestas.