El servicio de Urgencias del hospital Can Misses se encuentra al
borde del colapso por la falta de medios humanos para atender las
demandas que se registran y que en verano alcanzan una cifra
considerable. Sólo el lunes pasaron 181 personas por este servicio.
Una cifra sólo superada en agosto del año pasado cuando se
atendieron 204 casos en un día.
A la falta de espacio físico, ya que las instalaciones se han
quedado pequeñas, se suma el recorte de los refuerzos que contaba
el servicio para atender la avalancha de turistas.
Un portavoz del IB-Salut confirmó que se ha prescindido de los
refuerzos ya que en febrero se contrataron a dos médicos más para
reforzar este servicio. Dependiendo de cómo evolucione la demanda
se decidirá si habrá más personal. «Con la gente que hay se puede
dar abasto pero si hay puntas de actividad en las que no se puede
se estudiará a ver qué se puede hacer», explicó el portavoz del
Àrea de Salud.
Sin embargo, este aumento de los médicos no supone que haya más
facultativos por turno de trabajo, sino que se trata de una
consolidación de la plantilla ya que en cada turno siguen
trabajando los mismos médicos del año pasado. Cada turno del
servicio cuenta con cuatro médicos, en el caso de las mañanas; tres
por las tardes más los residentes, y uno para las noches más los
residentes. Hay ocho médicos en la plantilla de urgencias.
A la carencia de refuerzos se suma un problema añadido,
totalmente circunstancial, y es que los médicos residentes de tres
años, una ayuda que cuenta cada año este servicio, han acabado su
periodo de formación y la incorporación de los residentes de primer
año no empezará su trabajo hasta finales de mes.
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