El correfoc de Eivissa fue una de las atracciones de la fiesta. FOTO: K.T.

Eivissa ardió por unas horas entre conjuros, rituales y un atronador bombardeo de petardos para adentrarse en la noche más corta del año, la purificadora Nit de Sant Joan. El Ayuntamiento sacó anoche a la calle un año más una larga lengua de fuego, el popular correfoc, que desparramó por las calles más céntricas de la ciudad cenizas y luz, mucha luz. El paso del correfoc, que este año corrió a cargo de un grupo de 14 animadores profesionales de Valencia (L'Esclat), dejó un rastro de olor a pólvora quemada y un denso reguero de humo.

La comitiva, que más que de Valencia parecía llegada del mismo averno, salió del paseo de Vara de Rey a las 22 horas y, tras patearse las calles Bartomeu Ramón i Tur, Bartomeu Rosselló, Ignacio Wallis y Joan Xico, trasladó el estridente espectáculo de fuego y brujas al Parque Reina Sofía, epicentro de la fiesta en Eivissa ciudad, donde se encendió la mecha de una sonora traca y la quema del fogueró. Casi al unísono, en el umbral de la medianoche, también se prendió fuego a los nueve foguerons repartidos por la ciudad.

El concurso del Ayuntamiento de Eivissa al mejor fogueró, premiado con 750 euros, cayó este año en manos de la Asociación de Vecinos de ses Figueretes, que realizaron sobre la playa una réplica de una selva centroamericana, coronada con un tótem de la cultura azteca. Como no podía ser de otra manera, al fogueró ganador, que a medianoche fue pasto de las llamas, se le puso el título Azteca. La fiesta de Vila acabó en el Parque Reina Sofía con la degustación de 40 kilos de los tradicionales macarrones de Sant Joan y una verbena popular con Sabor Tropical.

Sant Joan también calentó anoche motores para el día grande de sus fiestas patronales. Las hogueras se encendieron a medianoche después del concierto del grupo ibicenco de rock Pota Lait. La salsa cubana de Ricardito y la fiesta Sant Joan Dance, casi exclusiva para los que tenían más aguante, acortó aún más si cabe la mágica Nit de Sant Joan. En Sant Josep, por su parte, la fiesta se vivió con teatro, el fuego de los foguerons y binyols en el aparcamiento de la carretera de es Cubells. Las parroquias de Santa Eulària también prendieron fuego a sus foguerons en la noche embrujada de Sant Joan.