El solsticio de verano, la verbena de Sant Joan, tiene en
Formentera una referencia ineludible, el Pilar de la Mola. Desde
primeras horas de la mañana de ayer el Pilar de la Mola se vistió
de gala para celebrar el traspaso de la primavera al verano con una
jornada en la que formenterenses y visitantes se hermanaron en una
celebración que se prolongó hasta la salida del sol.
Se trata de una tradición típica de la isla en la que tras la
noche de Sant Joan hay que situarse en el faro de la Mola para ver
salir el sol más temprano del año; los italianos que por estas
fechas ya abundan en la isla son los más proclives a apuntarse a la
fiesta que finaliza habitualmente en los café con leche de primeras
horas de hoy mismo.
Los actos se iniciaron el sábado por la noche con las
actuaciones musicales de Midi Mision y Ca'n Raia Rockin Band, en
las que ambos cosecharon un gran éxito ya que sus múltiples adeptos
corearon cada una de sus canciones. A lo largo del día de ayer
diversos eventos se celebraron que contaron con gran afluencia de
público ansioso de disfrutar de la noche del fuego. A primeras
horas de la tarde los artesanos que tienen sus puestos en el
mercadillo de la Mola presentaban oficialmente las últimas
creaciones en cuero, joyería, alfarería, cerámica o pintura que de
alguna manera marcarán las ventas y los gustos de lo que será
Formentera en el recuerdo de los visitantes.
Actuaciones musicales a lo largo de toda la tarde amenizaron la
espera de una noche que tras el rock de «Erik, Mimosa y Harry», la
bossa nova de «Bea Luna» y el folk hippy, acabó con una actuación
de ball pagès, tuvo un respiro redentor y recuperador de fuerzas y
energías en una gran torrada popular con productos típicos de la
tierra en la que no faltó el vi pagès con el que los cientos de
asistentes repusieron fuerzas antes de la gran traca final de la
fiesta.
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