El Area de Salud de las Pitiüses se ha propuesto poner especial atención en los ancianos, que actualmente ya suman el 5 por ciento de la población en Eivissa y Formentera (5.241 personas). Para ello, el área de Atención Primaria ha elaborado un programa (protocolo) para detectar a tiempo los posibles problemas sociosanitarios que pueden afectar a las personas mayores de 75 años que residen en las Pitiüses. El objetivo es «mejorar su estado de salud y calidad de vida», según explicó ayer en rueda de prensa la coordinadora de equipos de atención primaria del Ib-Salut, María Martín-Rabadán.

Cada vez que un anciano se ponga en manos de un médico, éste seguirá un estricto protocolo, elaborado durante un año por un equipo multidisciplinar de 14 profesionales, para ir más allá del diagnóstico de la dolencia que pueda tener el anciano en ese momento.

El método de trabajo consistirá en realizar una serie de tests y reconocimientos clínicos a los ancianos, algo que ya se venía haciendo a estos pacientes, pero que ahora se realizará de una manera consensuada y, sobre todo, organizada. Los resultados de las pruebas permitirán dividir a los pacientes en tres grupos (sanos, enfermos o de riesgo), lo que después permitirá hacer un seguimiento específico a cada uno. Los ancianos sanos deberán someterse a una revisión cada dos años.

Las pruebas no sólo valorarán parámetros estrictamente médicos, sino que servirán también para detectar problemas sociales: si el anciano vive solo, si se alimenta bien o incluso si sufre caídas. Los médicos informarán a los trabajadores sociales cuando detecten alguno de estos problemas para buscar un remedio. Con este programa se pretende, insistió la coordinadora, «aumentar la autonomía de los ancianos, prevenir enfermedades y disminuir el número de accidentes o caídas».