La Conselleria insular d'Agricultura ultima la utilización de las aguas residuales depuradas de las instalaciones de Formentera, Sant Antoni y Sant Jordi para regar campos de cultivo, proyecto al que se ha incorporado una variante poco corriente: la utilización de desaladoras en cada estación depuradora (Edar) para reducir al mínimo la sal que contiene el agua tras el tratamiento, que en estos momentos es hasta cuatro veces superior al nivel permitido para poder ser usada en agricultura. El buen resultado que está dando la desaladora de la Edar de Santa Eulària, incorporada a finales del pasado verano, ha animado a los responsables de Agricultura a proyectar la instalación de esos aparatos, cuyo coste es «asumible» y que en el caso de la Villa del Río costó cerca de 40 millones de pesetas.

Según explicó el titular de la Conselleria d'Agricultura, Vicent Tur, de los tres planes, el que está prácticamente terminado es el de Sant Antoni. La red prevista en este caso regará es Pla de Portmany, a ambos lados de la carretera que une esa localidad con Eivissa, y Sant Mateu. El proyecto ha sido redactado a partir de los datos recogidos en varias reuniones mantenidas con agricultores de esas dos zonas.