Bajo el lema 'Deporte sin humos, juega limpio', se celebró ayer el Día Mundial sin Tabaco. Convocada por la Organización Mundial de la Salud, la jornada volvió a utilizarse para recordar e informar al público sobre la problemática del tabaquismo, un hábito que no deja indiferente a nadie. En un día tan señalado como el de ayer Ultima Hora Ibiza y Formentera quiso hablar con todos los frentes: fumadores empedernidos, exfumadores y no fumadores, sin olvidar a las personas que trabajan en los puntos de venta.

Guadalupe Benavides, que regenta el estanco de Vara de Rey, uno de los de más solera de Eivissa y que junto a Pilar Piedad Manzanares, del Estanco número 2 de Santa Eulària, es vocal de la Asociación de Expendedores de Tabaco de las Pitiüses, trabajó como un viernes cualquiera. «La verdad es que la celebración de este día no la noto porque la gente acude igual al estanco para comprarse tabaco. Lo que sí es cierto es que alguno de los clientes habituales ha hecho algún comentario al respecto pero más que el tema de salud, lo que la gente ha expresado es lo de la subida de precios y la eliminación de las máquinas expendedoras que parece que se ha dicho en la televisión», explicó.

Fumadora, Guadalupe ha visto evolucionar los gustos y modos de consumir nicotina desde detrás del mostrador. «Ahora sobran marcas. La gente empieza con el rubio y con el tiempo se pasa al negro para fumar menos o dejar el tabaco, pero el setenta y cinco por ciento de las ventas son de rubio», aseguró al mismo tiempo que señalaba que el tabaco de pipa y el de liar son productos minoritarios. «Me parece bien que se celebre el Día Mundial sin Tabaco pero también quiero dejar claro que yo sólo lo vendo, no obligo a nadie a comprarlo. Últimamente ha surgido una moda en contra de este hábito que creo que a veces es un tanto radical ya que no me parece bien que en algunos restaurantes esté prohibido fumar. Creo que lo correcto sería que se reservasen zonas para fumadores», confesó antes de reconocer que le gustaría dejar de fumar. «Me gustaría dejarlo, pero sé que no es fácil. Es un vicio que me sienta bien, así que de momento me he pasado al negro, pero tengo que mentalizarme», dijo.

El conseller y diputado del Consell Insular, Antoni Marí Calbet, es un buen ejemplo de fumador empedernido, como se autodefine. «No quiero dejar el tabaco. Sé que es perjudicial para la salud pero me gusta tanto que nunca me he planteado dejarlo. Ahora fumo una media de un paquete de Dunhill diario, pero he llegado a fumar hasta dos paquetes y medio», reconoció. Al otro lado del tabaco se encuentran casos como el de Manel Mateu, exalcalde de Sant Antoni que lleva año y medio sin fumar, algo que, dijo, «veía imposible pero los médicos me acojonaron y decidí dejarlo», explicó este ex consumidor de Celtas que añora el sabor de su tabaco y las bocanadas de humo a pesar de que de momento no va a volver a recaer. El caso de José Antonio Luna, director técnico de la Escuela Municipal de Fútbol de Eivissa, es distinto. A sus 33 años nunca se ha sentido atraído por el vicio del tabaco. Aún así, respeta la elección de cada persona y aseguró que «sólo en espacios pequeños me molesta».