Vecinos de la avenida Vuit d'Agost acumulan las basuras en el suelo. Foto: M.FERRER.

EUGENIO RODRIGUEZ En la entrada del camino de sa Llavanera, frente al edificio Brisol, se acumulaba ayer una montaña de basura, justo en el punto donde hasta hace unos días había un antiguo contenedor. A poca distancia de este foco de infección, en la calle de la Barra, en los aledaños de la Avenida Ocho de Agosto, se levantaba otro montículo de bolsas y más bolsas de desechos, también donde antes había un receptáculo de recogida. Y no se acaba aquí la cosa, siguiendo el trazado del extrarradio de la ciudad, se podían divisar nuevos puntos de basura a la intemperie.

Por lo visto, algunos ciudadanos no están por la labor de colaborar en la reconversión del sistema de recogida de basura de la ciudad. La empresa concesionaria del servicio de limpieza en Eivissa, Cespa, está sustituyendo estos días los antiguos contenedores de plástico por unos nuevos metálicos de mayor capacidad. El problema estriba en que se está reduciendo el número de puntos de recogida (no así la capacidad) y algunos vecinos tienen que caminar un poquito más para depositar su bolsa de basura. Y, al parecer, eso no agrada nada.

Pese a que Cespa está pegando carteles informativos en los puntos más conflictivos, la gente no se da por enterada y mantiene la sucia costumbre de dejar la basura donde siempre. Algunos, por su parte, reclaman a Cespa que instale uno de los nuevos contenedores en sustitución del antiguo. Es el caso de los vecinos del camino de sa Llavanera, que se desplazan en coche para dejar la basura. «Aquí hace falta uno», decía ayer uno de los vecinos, muy molesto con las moscas y el hedor que desprendía el montón de basura tostado al sol durante todo el día.

Por su parte, el responsable de Cespa en Eivissa, Crescenciano Huerta, apunta que en esta calle muchos vehículos aparcan en la zona del medio, sobre todo en los meses de verano, lo que obstaculiza el paso de los nuevos vehículos de carga lateral. «Tenemos por delante dos o tres semanas muy duras para instalar las nuevas infaestructuras y, sobre todo, concienciar a la gente», dice.