Más que nunca se puede decir que las pasadas lluvias no han caído a
gusto de todos. A unos les disgustará la inminente explosión de
mosquitos del género anofeles, de los que chupan sangre, que augura
la Conselleria insular de Medi Ambient. Otros, como Jaume
Estarellas, técnico de Biodiversidad del Consell, están contentos
porque han sido tan abundantes que «han cortado de raíz» la plaga
de Tomicus piniperda que empezaba a proliferar peligrosamente por
los bosques pitiusos.
En las próximas semanas la institución insular comenzará el
control biológico de los molestos mosquitos, para lo cual fumigará
con una sustancia biológica ses Feixes, ses Salines, las
depuradoras de Santa Eulària (debido a los problemas que produce su
sistema de lagunaje al aire libre) y de Cala Llonga (de la que se
quejan frecuentemente los vecinos) y diversas zonas húmedas
salobres de Formentera. El pasado año se extendió la campaña a la
residencia de la tercera edad de Cas Serres.
El problema al que se enfrentan esta temporada los fumigadores
es que las lluvias han generado numerosos focos -aparte de los
habituales- «fuera de control» que son susceptibles de alojar miles
de huevos de anofeles. La proliferación de los mosquitos comenzará
en cuanto caliente un poco el sol. Las lluvias han conseguido
humedecer los huevos (que pueden resistir en seco durante varios
meses), de manera que en 10 días se convertirán en larvas para
posteriormente, y a consecuencia del ascenso de las temperaturas,
pasar al estado adulto, el que causa las picaduras.
Estarellas advierte de que por esa causa la explosión de
mosquitos prevista para este año será el doble que la de 2001. El
principal beneficio de las fuertes lluvias registradas durante todo
el invierno ha sido la erradicación de la plaga de Tomicus, un
escarabajo perforador que se introduce en los árboles muertos o en
aquellos que a causa de la sequía están tan secos (padecen estrés
hídrico) que parecen carentes de vida. Pero al mojarse
abundantemente y al haber suficiente líquido en el subsuelo los
árboles son ahora capaces de generar y de vascular savia, con la
que 'ahogan' a los escarabajos que habitan como parásitos en su
tronco: «Se defienden llorando resina», explica Estarellas. También
habrá esta primavera y verano más abejas y ácaros de lo
acostumbrado.
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