En una de las pruebas los perros deben dejarse mirar los dientes. Foto: KIKE TABERNER.

No hay perros conflictivos sino dueños inexpertos. Esa es una premisa de la que, según el adiestrador Joaquín Zamudo, hay que partir para valorar adecuadamente a los rottweillers, una idea que comparten todas las personas que ayer se reunieron en el campo municipal de deportes de Sant Rafel para celebrar la competición nacional anual de esta raza.

Cincuenta perros participarán entre hoy y mañana en una serie de pruebas que puntuarán el nivel de sociabilidad o la belleza de cada ejemplar. José Martínez, vocal del club de rottweillers, que desde hace 8 años existe en Eivissa, explica que la primera prueba es la denominada RTP, en la que se analiza la sociabilidad de cada animal. En una de esas pruebas un grupo de personas rodea al perro sin dejarle espacio, creando una situación de acoso. «El perro no debe ni gruñir ni ladrar. Si hace cualquier amago agresivo inmediatamente queda descalificado de la competición», explica Martínez. En la segunda prueba se evalúan características como la obediencia, la disciplina o el seguimiento entre la gente, exámenes que se materializan en demostraciones como aquella en la que el perro debe dejar que le miren los dientes sin inmutarse u otra en la que, sin despegarse de su dueño, debe caminar entre grupos de personas y de otros perros. En el caso de que alguno de los 50 animales se califique, deberá concursar en la competición que próximamente se realizará en Madrid.

En todo momento los responsables del club quisieron dejar claro que el rottweiller no es una raza agresiva. «El problema radica en la inexperiencia de los propietarios de los perros», comenta Martínez. Jose Mª Portillo, otro de los adiestradores del club, tiene la misma opinión. «En los 10 años que llevo adiestrando, nunca uno de estos perros me ha dado problemas. Pero claro, nosotros no nos podemos responsabilizar de las manos en las que caen», añade.