El alcalde de Sant Antoni, Antoni Marí Tur, sugiere que el Plan Territorial Insular (PTI) debería incorporar la posibilidad de construir «cerca del pueblo» un campo de golf con alojamientos turísticos anexos. El alcalde no propone crear plazas hoteleras nuevas, sino «desplazar» a esa instalación las de los establecimientos caducos de la bahía: cada cama nueva se conseguiría a cambio de eliminar las obsoletas. De esa manera se 'esponjaría' el casco urbano y se generaría una oferta más moderna y de mejor calidad que la actual.

El alcalde cree que la bahía necesita «un golpe de timón», una «operación drástica» para lograr una oferta turística diferente a la existente. Un campo de golf «próximo al casco urbano» podría ser la solución: «Deberían idearse -indica- unos condicionantes para que la empresa promotora de esa instalación estuviera obligada a ceder unas parcelas que permitieran el intercambio de plazas. Sería una especie de fondo, de bolsa de terrenos que gestionaría el Ayuntamiento, o la autoridad que se decida, para que se pudiera llevar a cabo el 'desplazamiento' de esas industrias».

Antoni Marí Tur es consciente de que habría que hallar fórmulas económicas para fomentar esos trasvases: «La reforma de la oferta viene condicionada por la falta de espacio dentro del casco urbano y por la escasez de recursos de los empresarios para remodelar sus instalaciones. Es evidente que muchos hoteleros necesitarían un empujón para ir a otro lado». También sugiere la posibilidad de crear una bolsa de compraventa de plazas.

Por otra parte, considera que el 'esponjamiento' de las zonas saturadas de la bahía y el posterior traslado virtual de los hoteles a esa zona de «más calidad» no tiene por qué convertirse en una operación de especulación urbanística si previamente se aplican medidas correctoras. Esa fórmula favorecería, a su juicio, el lavado de cara de la bahía de Portmany, donde buena parte de los hoteles situados junto a la costa se encuentran fuera de ordenación.