ÓSCAR DELGADO
A las diez en punto de la mañana se emprendió el rumbo desde el Passeig de ses Fonts para cumplir con la 'pujada' anual de ocho kilómetros. En esta vía principal de Sant Antoni se congregaron medio millar de personas equipadas con alimentos, refrescos y bastones con los que afrontar la aventura. Una travesía que tuvo un descanso en forma de ceremonia religiosa en la Cova de Santa Agnès, ubicada en los aledaños del velódromo del municipio. Los romeros cumplieron el recorrido en una media de dos horas.

Un grupo homogéneo de unas quinientas personas comenzó a las diez de la mañana el recorrido por las calles de Sant Antoni. El mismo se fragmentó en un principio por la parada religiosa en la Cova de Santa Agnès y después por la diferencia de ritmos marcados por cada participante. Una convocatoria sin límite de tiempo para cubrirla y que contó con la presencia de gente de todas las edades. Alguno decidió completar el recorrido con su hijo pequeño en la silla, otros haciendo más paradas de las previstas por el cansancio y los menos decidieron subirse a los coches de algún conocido para llegar hasta la localidad de destino.

Los políticos no se quisieron perder la 'pujada' y completaron el recorrido desde el principio. El alcalde Antoni Marí Tur y el concejal de Fiestas, José Cardona, entre otros, se sumaron a la caminada popular y llegaron con el grupo que asistió a misa, ya que bastante gente prefirió seguir el ritmo marcado desde un principio sin detenerse en la capilla.