Los empresarios de las canteras de Eivissa han «respirado» al fin tras meses de agobios y gastos.

Las cinco canteras de Eivissa han decidido retirar la amenaza de duplicar los precios actuales de los áridos y convocar nuevos paros de actividad "como el que protagonizaron en mayo" tras haber resuelto el principal escollo para la reapertura del único polvorín de Eivissa, que permanece cerrado desde febrero de este año. Gracias a la mediación del vicepresidente del Consell, Vicent Tur, el permiso para reformar el polvorín de explosivos se llevará al pleno del 26 de este mismo mes por lo que, una vez concedido, Sant Josep podrá dar la licencia y la empresa contratada por las canteras para rehabilitar el viejo polvorín conforme a las exigencias actuales podrá iniciar los trabajos que esperan que finalicen a principios de año.

Los canteros recordaron que no se va a construir un nuevo polvorín sino que se va a realizar una remodelación, por lo que el recinto va a estar en el mismo lugar que ahora, en la finca denominada Can Dominguet (en Sant Jordi, detrás de Can Misses).

Hay que recordar que el cierre del polvorín a principios de año por incumplir las normas de seguridad ha supuesto un grave trastorno a las canteras. Durante estos meses han pagado «2'5 millones al mes a una empresa de seguridad para que vigile el polvorín», señaló Parrot y , además, han visto como sus gastos aumentaban al tener que traer en barco periódicamente explosivos desde Barcelona. La dinamita debía ser explosionada en un día, ya que es ilegal almacenarlos en otro lugar que no sea un polvorín.

La situación llegó a ser tan desesperada que no sólo amenazaron con aumentar un 100 por ciento el precio de los áridos sino que algún empresario estaba pensando en cerrar. «Estábamos dando un mal servicio y tirando literalmente el dinero», señala Parrot.