Cerca de 7.000 metros cuadrados fueron talados este año en el
corazón de la Reserva Natural de ses Salines con el supuesto objeto
de crear un aparcamiento. Para ello se destruyeron más de sesenta
pinos y más de setenta sabinas. El caso se encuentra ya en un
juzgado de la isla a la espera de que el juez decida si las
diligencias abiertas deben archivarse o bien confirman los indicios
presuntamente delictivos contra el medioambiente detectados en la
Fiscalía de Eivissa y que motivaron una investigación de oficio.
Una persona, ligada a un establecimiento de la zona, de momento,
ya ha tenido que declarar en el juzgado en calidad de imputado. A
ella se llegó tras las pesquisas realizadas por la unidad de
Policía Judicial de la Guardia Civil, comisionada por el fiscal
Manuel Campoy para que emprendiera averiguaciones.
La Benemérita, tras ello, halló a la persona que se perfila en
primer término como responsable de la tala y así figura en un
atestado que ya está en poder del juez junto con informes que
remitieron el Ayuntamiento de Sant Josep, la conselleria Medi
Ambient y el Organismo Autónomo de Parques y Jardines. El proceso,
de concretarse todos los indicios ya recogidos, podría llevar al
ahora imputado a un banquillo. Según lo recogido por este periódico
con el Código Penal en la mano, ante el juez podría enfrentarse a
penas que pueden ir desde uno a cuatro años de prisión. El mismo
fiscal se está ocupando de las diligencias que se han incoado por
otro posible delito contra el medioambiente y la ordenación del
territorio en ses Salines: los caminos aparecidos sobre los
estanques. Esta investigación está aún en sus inicios y está
pendiente de completar informes pedidos a distintos organismos y al
instituto armado.
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