20/09/01 0:00
MARCO TORRES
Antoni Marí «Frígoles» se rebela como un artesano de los de antes.
En su taller, rodeado de cerámicas, barro y herramientas continúa
haciendo lo mismo por lo que se le conoce desde hace 56 años.
Cubierto de barro de pies a cabeza preserva su pelo con una gorra,
que en tiempos fue blanca, y de la que asegura: «Siempre trabajo
con ella». Él, su artesanía y su tienda han sido objeto de un
premio 2001 de la cámara de comercio, en el apartado de empresa de
Eivissa y Formentera. «La verdad es que me ha pillado por sorpresa.
No me lo esperaba, aunque me habían hablado de esa posibilidad
otros años», explicó.
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