J. M. R. Técnicos de la Conselleria balear d'Obres Públiques explicaron ayer a los representantes de los ayuntamientos pitiusos de qué manera han determinado la capacidad de población en suelo vacante de cada municipio, un dato imprescindible para concretar el Plan Territorial Insular (PTI). En total, las Pitiüses disponen de 130.900 plazas vacantes (129.200 en Eivissa, 1.700 en Formentera), resultantes de la suma de las plazas construibles en suelo vacante turístico más los habitantes potenciales en suelo residencial. Quedan excluidas del estudio las poblaciones de suelo rústico. Esa cantidad representa la mitad de la capacidad ya construida, que en las Pitiüses alcanza las 262.500 plazas, y la tercera parte del total de plazas.

El de ayer, según adelantó el conseller insular de Turisme i Territori, Josep Marí Ribas, es el último encuentro al que asistirán todos los ayuntamientos en bloque. Las próximas reuniones serán individualizadas y más técnicas, y en ellas se repartirá el pastel del crecimiento urbanístico en cada municipio. Los que más puedan crecer tendrán que ceder a los que menos.

En este sentido, las cifras facilitadas ayer a los medios -pero de las que ya disponían los consistorios- muestran una realidad que en algunos aspectos parece sorprendente. Por ejemplo, según el estudio de la Conselleria d'Obres Públiques, Sant Joan dispone de 16.060 plazas vacantes, diez veces más que Formentera (con 1.700) y el doble que Sant Antoni (con 7.330). No obstante, en esas plazas vacantes se incluyen todas las afectadas por las moratorias, que en el caso de Sant Joan son la práctica totalidad.

El municipio que más puede crecer es el de Santa Eulària, con 46.310 plazas vacantes. En segundo lugar se encuentra Eivissa, con 31.980. La población de Sant Josep podría aumentar en 28.000 habitantes más. Con esos datos en la mano, Josep Marí Ribas planteará la siguiente cuestión a los ayuntamientos: «¿Queremos crecer otras 130.000 plazas o convendría reducir esa cantidad?». El conseller apuesta por la reducción.