Pedro Planells Prats es uno de los últimos artesanos de Eivissa

A lo largo de todo este tiempo el oficio de artesano de la piel ha evolucionado, según comentó Pedro, «a mejor», aunque con una puntualización: «Había más imaginación en los setenta, cien veces más, porque podías expresarte mucho más y hacer cualquier cosa porque la gente lo apreciaba. Hoy no, la gente quiere cosas clásicas y es menos atrevida», comenta Pedro. A pesar de los avances este artesano continúa realizando todo el proceso de manera manual por eso su producción es lenta y pequeña. «No usamos la máquina para nada. Lo hacemos todo nosotros desde el encerado y teñido de la piel hasta el cosido de la misma», explica.

El verano no rompe especialmente el ritmo de trabajo de este artesano del cuero que trabaja a lo largo de todo el año. Lo que varía en estos meses es el tipo de labores a realizar: «Las sandalias a medida es lo que más hacemos en estos meses. Soy uno de los pocos artesanos de la isla que realiza calzado a medida y ya tengo público de muchos años. En invierno me centro más en objetos de decoración y otro tipo de cosas».

Entre la infinidad de artículos de piel, todos ellos elaborados con cuello de becerro, están numerosas versiones de bolsos, cinturones con hebillas de plata, carteras, agendas... y sobre todo muchas piezas únicas con estilo propio con decorados de influencia oriental. Entre el público que las adquiere están alemanes, españoles y franceses. Éstos últimos son, según indicó Pedro, los clientes más respetuosos: «Te tratan con mucho respeto, como si fueras Picasso. Al francés que le gusta el cuero tiene una sensibilidad exquisita a la hora de adquirir y apreciar mi trabajo».