El director de Salinera Española, Juan Ribas Salas, justificó ayer
las reformas efectuadas el pasado invierno en dos motas de ses
Salines, obras por las que el Consell ha abierto un expediente de
disciplina urbanística. Así, lo que para la institución insular era
injustificable porque atenta contra la intocable morfología de la
Reserva Natural, para Ribas era una intervención necesaria cuyo
objetivo consistía en atender la producción de sal.
Ribas confirma, no obstante, que la empresa carecía de licencia:
«El ingeniero técnico que se ocupa de esas reparaciones pidió el
año pasado los permisos correspondientes.¿Que no se han recibido?
Lógico, en las administraciones nadie contesta, pero nosotros no
podemos estar pendientes de eso, porque tenemos que trabajar para
producir sal».
La empresa recurrirá el expediente: «Faltaría más, con la
cantidad de barbaridades que se dice en él». Entre esas «mentiras
como un camión» figura, según señala, el informe elaborado por los
servicios técnicos del Consell que ha servido de base para la
apertura del expediente. En él se asegura que las motas han pasado
de tener un metro de ancho a un máximo de ocho metros, datos que
según Ribas no coinciden con la realidad. «Somos los primeros que
quieren conservar ese espacio, pero para ello el Consell debe
dejarnos trabajar», puntualiza, al tiempo que advierte: «Y si
seguimos teniendo tantas pegas, cuidado».
Por otra parte, un portavoz municipal explicó que cuando los
ecologistas denunciaron las obras en las motas, el Ayuntamiento de
Sant Josep decidió pedir informes a Parques Nacionales y a la
Conselleria de Medi Ambient: «Aún estamos esparando a que nos
contesten». Ese fue el motivo por el que el Consistorio no
intervino y que, finalmente, ha propiciado que el Consell se haya
subrogado las competencias municipales.
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