El Consell de Govern acordó ayer solicitar la urgente declaración
de servicio público de las rutas aéreas interinsulares entre
Balears y la Península tras la decisión de Iberia de suspender
durante unas horas todos sus trayectos por el conflicto con sus
pilotos. La decisión de Iberia de dejar de volar entre las cero
horas y las 05.20 horas del viernes, no causó trastornos en el
aeropuerto de Eivissa, ya que en esa franja horaria no había ningún
vuelo programado de esa empresa. El primer vuelo de la mañana de
Iberia, el Ibe1769, partió sin retrasos, a las 7'30 horas.
El portavoz del Ejecutivo balear, Antoni Garcías, recordó que la
petición de la declaración de servicio público de las rutas aéreas
interinsulares y con la península fue planteada al Gobierno central
en octubre de 1999 sin que se haya recibido ninguna respuesta por
parte de Madrid. «El presidente de Iberia ha recomendado a los
ciudadanos que no utilicen el avión para desplazarse, pero los
ciudadanos de Balears no tenemos otros sistemas de transporte que
el aéreo y el marítimo», justificó Garcías.
El Govern recordó que Canarias ya tienen la declaración de
servicio público de sus rutas aéreas. Este hecho, según el
Ejecutivo de Antich, supone «la indefensión de los ciudadanos de
Balears después de la privatización de la compañía Iberia, que
continúa manteniendo una situación de monopolio en el mercado
aéreo». El Govern considera irrenunciable y urgente la declaración
de servicio público para poder garantizar «la continuidad, la
frecuencia, la capacidad y la calidad de los vuelos».
La jornada en Eivissa comenzó sin problemas. Los vuelos
programados apenas sufrieron retrasos, salvo los habituales por
estas fechas. Tanto en los despachos de billetes de Iberia como de
Air Europa y Spanair reinaba la tranquilidad y sus responsables
aseguraban que no habían notado que el anuncio de la suspensión de
vuelos hubiera repercutido en una cancelación o reserva masiva,
respectivamente, de pasajes durante las cinco horas que duró la
suspensión. Las únicas quejas que se escuchaban de los pasajeros
concernían al deficiente servicio de información de Iberia. El
número ofrecido de atención al cliente (el 902 400 500) desesperó a
algunos pasajeros,como al ex presidente de los arquitectos
pitiusos, Salvador Roig, que probó suerte desde primeras horas de
la noche hasta las dos de la madrugada, cuando al final fue
atendido.
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