Kate Moss fue la primera que, hace dos semanas, inauguró la lista de visitas procdentes del mundo de la moda a Eivissa. Ella vino a posar para la firma francesa Louis Vuiton. La semana pasada el turno le tocó a Naomi Campbell, quien disfrutó de la noche ibicenca y concedió una esclusiva a la revista «¡Hola!». La tercera visita de una modelo en lo que va de verano la ha protagonizado la española Inés Sastre, quien también ha querido permanecer de incógnito, alejada de la vida pública que lleva el resto del año.

La modelo se encontraba ayer en el aeropuerto esperando a que le tocara el turno para facturar las malestas que volarían después hasta Madrid. La huelga de transportistas le sirvió para mantener su propósito de pasar desapercibida ante los ojos de los curiosos. Inés Sastre lucía un top blanco conjuntado con una falda muy veraniega de vuelo color crema. Como complementos, portaba un bolso rojo muy juvenil y unas gafas de sol que se puso en el interior del aeropuerto por si acaso la reconocían.

La modelo, que actualmente tiene un contrato con la firma de cosméticos francesa Lancôme, ya es una habitual de las Pitiüses, donde ella encuentra un rincón propicio para olvidarse de las galas, desfiles y de las sesiones fotográficas.