Entesa Nacionalista i Ecologista (ENE) ha denunciado ante el
Ministerio de Medio Ambiente el mal estado de conservación en que
se encuentra la Reserva Natural de ses Salines, cuyo cuidado es de
su competencia. Esta queja se suma a las ya presentadas previamente
por grupos ecologistas, como el GEN, que recientemente detalló en
un escrito presentado ante el ministerio que dirige Jaume Matas las
innumerables deficiencias observadas en ese espacio.
La formación econacionalista ha prescindido de los defectos de
forma (como que aún no se haya creado el Patronato, ni se halan
redactado los planes de ordenación o de uso y gestión de ses
Salines), para centrarse en 15 ejemplos concretos de la grave
situación en que se encuentra la Reserva Natural. En la denuncia,
que fue ayer explicada en rueda de prensa por Maurici Cuesta y
Enric Ribes, responsables de la formación, se cita la ampliación
del principal aparcamiento: «Este hecho es muy grave -se argumenta
en el escrito- porque de esa manera se ha aumentado la capacidad de
acogida de un espacio con excesiva afluencia de usuarios; además,
ha significado la desaparición de especies vegetales autóctonas y
la consiguiente erosión del suelo».
El vertido de restos de posidonia y de arena en las dunas
situadas en primera línea de playa de Mitjorn, así como la apertura
de un gran vial de acceso a ese vertedero, forman parte de la
denuncia de ENE. Los miembros de esa formación incluyen en la
denuncia ejemplos de los numerosos vertederos que pueblan la
Reserva, en los que se acumulan desde plásticos a restos de
hamacas, hierros y material de construcción. En uno de ellos, hasta
hace poco llegó a haber un coche enterrado.
Incluso un antiguo pozo ubicado junto al camino de la torre de
ses Portes hace las veces de basurero, igual que una amplia zona
dunar cercana al extremo de la península, que desde hace años se
emplea para esparcir sobre ella las algas que se retiran de las
playas cercanas. Los ecologistas consideran que los kioscos de la
zona son, en parte, culpables de la degradación. Por ejemplo, uno
de es Cavallet acumula maderas y plásticos en un almacén: «Aparte
del impacto ambiental y estético que representa, existe el peligro
de incendio», se señala en la denuncia. Tan grave como esa
situación es, según consideran en ENE, que las instalaciones de los
chiringuitos sean fijas, cuando la ley de Costas obliga a que sean
desmontables.
La degradación de ses Salines no sólo es debida a la acción
humana. Especies vegetales que no son autóctonas, como el
capobrotus, están colonizando la zona e, incluso, están desplazando
a las plantas locales. ENE insta al Ministerio de Medio Ambiente,
responsable de la Reserva, a erradicar esa especie.
«Uso masivo de la playa»
Otro de los problemas detectados, y del que ENE responsabiliza a
Medio Ambiente por dejación de sus funciones, es la «práctica
desaparición del primer cordón dunar de la playa de es Cavallet»,
consecuencia de la «fuerte e incontrolada presión antrópica sobre
las playas de la Reserva Natural». Debido a un «uso masivo de la
playa para tomar baños de sol y al tránsito de viandantes», es
Cavallet está perdiendo la arena de sus dunas. La erosión es
patente también en el resto de la Reserva Natural, y se puede
observar en la cantidad de raíces de árboles que están quedando al
descubierto.
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