GUILLERMO ROMANÍ Las instalaciones construidas en virtud del plan de protección del sistema dunar de Formentera presentan serias deficiencias provocadas por la mala construcción y la falta de mantenimiento. Tanto en la zona de Llevant como en Migjorn, y en menor medida en ses Illetes, hay numerosas estacas desclavadas, rotas y partidas, faltan cuerdas en las pasarelas, hay tramos hundidos y sin tablones y las reparaciones que se han realizado en algunos casos no dejan de ser remaches con alambre, clavos y materiales no originales.

En el caso de Migjorn, la última de las fases terminada no hace ni un año presenta desde el verano pasado desperfectos en diversos lugares, destrozos que en algunos casos se han agravado porque la instalación se hizo de forma deficiente y por la acción de los temporales. Los aparcamientos de dos establecimientos de playa como son el Blue Bar y la Sirena están sin las cuerdas -presumiblemente utilizadas para sacar coches atrapados en la arena- y éstas no han sido repuestas. También hay dos tramos con las empalizadas completamente tumbadas, uno entre el Blue Bar y la Formentereña y otro frente al Boga Marí.

Hace pocos meses, el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, se desplazó hasta la isla para inaugurar oficialmente las fases ya finalizadas. La visita se había tenido que posponer debido, en gran parte, al mal estado de conservación de muchas de las zonas. Finalmente, el arreglo se hizo sólo en la de Llevant, precisamente la visitada por Matas; el resto quedó igual y continúa en el mismo estado de entonces. Matas, entonces, se comprometió a buscar una fórmula para que el mantenimiento del sistema de protección no fuera oneroso para las arcas del Ayuntamiento insular.

No obstante, desde el Ministerio no se ha adoptado ninguna medida al respecto. En teoría, los desperfectos de las instalaciones de Migjorn, al haber sido terminadas hace menos de un año, estarían en periodo de garantía por lo que debería ser la Demarcación de Costas la que asumiera su restauración.