El conseller de Turisme del Govern de les Illes Balears, Celestí
Alomar, reconoce que el flujo de turistas ingleses podría reducirse
en un 1'5 por ciento con la entrada en vigor del impuesto
turístico, según recoge en un artículo publicado recientemente la
Travel Trade Gazette, una publicación especializada en turismo que
habló con el conseller durante la celebración, el mes pasado, de la
feria World Travel Market de Londres.
Sin embargo, esta misma publicación recoge unas declaraciones de
Alomar en las que expresa no estar excesivamente preocupado por los
efectos negativos de la ecotasa, ya que considera que los
beneficios que reportaría sobre el territorio y el medio ambiente
compensarían con creces un eventual descenso en el número de
visitantes.
Aparentemente, Alomar hizo estas previsiones tomando como base
el informe técnico realizado por la consultora catalana THR, que
señala en sus conclusiones que la implantación de este impuesto
«tendrá un impacto muy significativo sobre la demanda a corto plazo
(menos de un 1 por ciento de reducción en el peor de los casos) y
muy probablemente importantes efectos positivos a medio plazo».
Según el informe de THR, los descensos en la demanda turística
«serán inferiores a las magnitudes anteriormente mencionadas si se
adoptan medidas adecuadas para reducir la percepción negativa del
impuesto entre los turistas y para trabajar en forma cooperativa y
constructiva con los empresarios involucrados». «El mayor riesgo
-continúa el estudio- de la implantación del impuesto no está tanto
en sus efectos directos sobre la demanda como en una desacertada
gestión de su implantación entre los turistas y los
empresarios».
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