LEONOR HERNANDEZ / R.L. «Nadie puede negar que el Govern de Progrés ha demostrado que la educación ha sido una de sus prioridades durante el primer año de gestión, evidenciado por la dotación presupuestaria y su implicación política directa», declaró ayer el conseller d'Educació i Cultura, Damià Pons, durante el balance que realizó de su primer año al frente de la Conselleria.

El conseller aseguró que, en el primer año de gestión, se ha ejecutado el 60 por ciento de las acciones comprometidas para los cuatro años de gobierno y atribuyó estos logros a la solidaridad de los demás departamentos del Govern. «Pese a la mala negociación del Govern anterior en la transferencia de la educación no universitaria, hemos podido cubrir las necesidades educativas», expuso Pons, quien señaló que, un estudio comparativo con otras comunidades autónomas a las que se ha transferido la educación recientemente, pone de relieve que si a Balears se le hubieran aplicado los mismos criterios que a Extremadura o Castilla La Mancha, le hubieran correspondido 14.000 millones de pesetas más. El presupuesto que ha manejado este año la Conselleria asciende a 60.000 millones de pesetas, de los que se transfirieron 40.000.

En este sentido, informó que solicitará al Ministerio de ducación que durante los próximos cinco años pague el 50% de las inversiones que haga Baleares en infraestructura educativa. Según el conseller, la voluntad de la Conselleria ha sido crear un sistema educativo de funcionamiento propio en el marco de las normativas legislativas estatales y, en este sentido, resaltó la aprobación de la Llei de Consell Social de la Universitat y la reforma de la Llei de Consells Escolars. En este sentido, discrepó de los sindicatos, que le atribuyen «lentitud legislativa», porque «puede que algunos se hayan retrasado más de lo previsto, pero globalmente se han aprobado 203 disposiciones».