Ocho bolsas repletas de basura en menos de media hora y varias decenas a lo largo de la mañana. Este es el resultado de la campaña de limpieza de sa Caleta que efectuaron ayer varios miembros de la Reserva Natural de ses Salines -de la que forma parte la zona-, junto con miembros de la Associació Balear d'Amics dels Parcs Naturals y voluntarios. El llamamiento para ayudar en la limpieza no tuvo la respuesta que esperaban los organizadores, un hecho que disgustó a los que sí acudieron a la zona ya que «este área es especialmente querida y visitada por la gente de la isla», señalaron.

Palés de madera que los «domingueros» suelen utilizar para hacer la leña de las torradas, parrillas chamuscadas y oxidadas, neumáticos, bolsas del supermercado y latas de refresco componían la mayor parte de los montones de basura. Nuria Valverde, coordinadora de la Reserva Natural de ses Salines, asegura que no se puede echar la culpa a los turistas de la presencia de desperdicios. «Este lugar lo frecuenta la gente de la isla, por lo que no cabe la excusa de que sea la afluencia masiva de extranjeros la que lo estropea», afirma tajante.

Tragos de agua periódicos, gafas de sol, crema protectora y guantes para evitar el contacto directo con la basura ayudaron a los voluntarios a acometer su labor. Los participantes también repartieron folletos informativos sobre el valor histórico y paisajístico del poblado fenicio de sa Caleta y de la Reserva natural de ses Salines. Para hacer un poco más fácil algo tan simple como recoger los desperdicios los miembros de la reserva y de Amics dels Parcs distribuirán bolsas de basura en zonas de acampada y a los barcos que atracan en las costas en las que han impreso en tres idiomas: «Por favor respete la reserva, llévese su basura. Gracias».