Son porciones de Eivissa en forma de imán para el frigorífico, dedales de cerámica, camisetas más o menos vacilonas, abanicos con colores y estampados más o menos divertidos y variados, figuras de pageses y pagesas de distintos tamaños y en distintas poses... más conocidos como souvenirs. Son los recuerdos cada vez menos clásicos que se pueden ver en todos los lugares pintorescos de la isla y que son una compra obligada para todos aquellos que nos visitan a lo largo de todo el verano.

Los hay para todos los gustos y todos los vendedores de este tipo de artículos consultados coinciden al señalar que «se vende de todo», aunque, como indicó Elena, de Zeus, «es más fácil vender diez cosas baratas que una cara, sobre todo cuando el turista que nos visita no tiene mucho dinero». Y es que parece ser que esta temporada las ventas han bajado. Los responsables de este tipo de tiendas lo achacan a la menor presencia de turistas y al escaso poder adquisitivo de los mismos.

La clientela en los distintos puestos que inundan las zonas más concurridas es internacional. Los turistas alemanes son los que más dinero suelen gastar junto con los españoles a la hora de comprar los presentes , y a diferencia de los ingleses, que se fijan mucho en el precio, «eligen lo que les gusta», señala Manuela de Es Quinqués, quien comentó como anécdota que les gustan mucho los mantones. Pepita, de Souvenirs Pilar, coincide también al señalar que «los alemanes son más selectivos, y buscan mayoritariamente la calidad». Los italianos, al igual tienen gustos similares a los de los españoles, aunque, según señalaron varias de las dependientas consultadas suelen regatear.