El que ha sido presidente de la demarcación de Eivissa y Formentera del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears durante los últimos cuatro años, Salvador Roig y el tesorero de la junta directiva en el mismo período, Manuel Díaz, se despidieron ayer de sus cargos que serán ocupados a partir del próximo martes por Javier Planas como presidente y Josep Lluís Ferrer como tesorero.

Roig aprovechó su comparecencia para defender la gestión de la última junta, que resultó especialmente polémica en temas como la oposición a la construcción del dique de Botafoc en los términos marcados por la Autoritat Portuària de Balears, asegurando que esta actitud estaba consensuada y que se limitaron a cumplir la ley en lo referente a defender que las construcciones «no vayan en oposición a los intereses de la sociedad». Roig considera que las críticas a su labor se deben «a malentendidos» y remarcó que una de las tareas que debe realizar este colegio es «no perder el contacto con la sociedad que le rodea».

Tanto Roig como Díaz remarcaron que el futuro de la arquitectura balear debe ser «respetuoso» con el entorno en el que se asienta, sobre todo en los referente a actuaciones en suelo rústico. La junta saliente considera que la normativa actual en este sentido no es lo suficientemente dura «ya que debería contemplar que la construcción de vallas y de caminos sea la tradicional y que se respeten las especies naturales propias del entorno». Roig remarcó que los arquitectos deben diseñar «en negativo no en positivo, esto es, teniendo en cuenta las trabas que pueden aparecer por respeto al medio». Díaz remarcó además, su preocupación por las pocas actuaciones en rehabilitación que se han ejecutado.