Los conductores apuran todos los rincones de Eivissa para evitar la zona azul. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

A pesar de la normalidad con que se inició el nuevo servicio de aparcamiento tarifado en Eivissa, el segundo día de aplicación de las zonas azules no fue muy diferente a la primera jornada cuando la tónica habitual era la de encontrar gran cantidad de espacios vacíos en el centro. Pasear por las calles donde se ha puesto en marcha este nuevo sistema se convirtió ayer en todo un ejemplo de cómo los conductores, la mayoría residentes, intentaban evitar, en lo posible el pago por aparcar. La puesta en marcha del nuevo aparcamiento de la calle Vicent Serra alivió un poco la presión porque encontrar un espacio vacío en calles u otros estacionamientos disuasorios era una misión casi imposible.

Por si fuera poco, los que decidían a echar mano del bolsillo todavía tenían dificultades para encontrar las máquinas expendedoras. Por ello, más de un ciudadano dejó de pagar la tarifa con el consiguiente riesgo de obtener a cambio una multa por su «involuntario despiste». Los establecimientos cercanos a los parquímetros se quejaban de que se están quedando sin cambio por el pago en monedas pero quedaba otra solución, aparcar en doble fila dejando, eso si, el espacio azul libre y listo para su utilización.