Marina Arrabal, de 27 años, salió airosa en su presentación a los
alumnos como becaria de la Extensión de Eivissa la Universitat de
les Illes Balears (UIB).Coincidió con el escándalo de Mónica
Lewinsky, pero ella se anticipó a las bromas de los estudiantes y
dejó bien claro las diferencias entre una y otra. Dos años más
tarde, la presencia de Marina en la Extensión es algo natural. Esta
licenciada en Ciencias de la Educación por la UIB cuenta con una
beca de investigación, apoyo al alumno y gestión del departamento
de Ciencias de la Educación para la Extensión.
La integración en la vida laboral de la UIB es plena: «Me siento
una trabajadora más», confiesa. Juan Antonio Cuesta, de 23 años,
puntualiza que más que un becario es un alumno colaborador.
«Después de lo de Clinton lo de becario da mal rollo», precisa.
Estudia segundo año de Magisterio, especialidad en educación
infantil, y comparte sus estudios con el trabajo como ayudante de
biblioteca, del que está realizando el inventario.
Esta labor le ha permitido mantener una relación más estrecha
con la actividad académica: «Antes venía a clase y poco más. Ahora
estoy en la biblioteca y veo las necesidades que hay. Conoces mucho
más a la gente. El universitario no sólo se destaca sólo por lo que
se aprende sino por la vida que llevas». Las nuevas tecnologías que
se han implantado en la Extensión es el motivo del trabajo de
Marina: «Estamos intentando perfilar una nueva figura dentro de la
Extensión», precisa.
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