El sector de la moda en Eivissa facturó 1.000 millones de pesetas durante 1999, pero necesita un nuevo impulso para abandonar su proyección local y adquirir mayor fuerza en los mercados internacionales. Esta es la conclusión del estudio sobre la moda encargado por el Consell, en el que operan de algo más de una treintena de empresas.

El estudio analiza las cinco fases del proceso de comercialización en Eivissa, en las que se constata que hay varios puntos que deben mejorar. El primer paso es el diseño de las prendas, que efectúan los propios fabricantes durante la temporada baja. La presentación en feria es el siguiente escalón. La preferida por los ibicencos es la de Madrid, donde se mide el éxito de los nuevos diseños, se contratan los pedidos, se apuntan ideas nuevas y se busca materia prima. Sin embargo, son muy pocos de los fabricantes pitiusos que visitan Milán y París, donde se concentra la mayor parte del movimiento del sector.

Las empresas compran la mayor parte de su materia prima fuera de la isla. La tela se prepara en la propia empresa junto con las etiquetas y el embalaje, mientras que las actividades de costura las realizan autónomos en sus domicilios. Este tipo de estructura genera incapacidad para atender pedidos de importancia, según el informe.

La venta se realiza directamente o por representantes a minoristas o a grandes cadenas, aunque el informe destaca que la mayoría de empresas no tiene fuerza de ventas propia.

En cuanto al tipo de ropa confeccionada el 62 por ciento es femenina, el 22 por ciento masculina mientras que la piel, el cáñamo, los sombreros y complementos se reparten porcentajes respectivos del 4 por ciento.

El mercado también necesita ampliarse ya que la mayoría de las empresas consultadas venden sólo en Balears y en la península.