Cuatro mesas y cerca de 25 voluntarios repartidos por toda la ciudad de Eivissa fueron la mejor expresión de una de las fechas emblemáticas de Cruz Roja de cara a la recaudación de fondos propios. El Día de la banderita se celebró ayer con una «respuesta muy positiva por parte de ciudadanos y colaboradores», tal y como explicaba el presidente de la entidad, José Colomar. El frío y el fuerte viento que presidieron toda la jornada no impidió que decenas de jóvenes portaran por la mañana y la tarde sus huchas, mientras buscaban la parte más solidaria de cada ciudadano ibicenco. Tradicionalmente esta jornada se desarrolla a finales de noviembre o principios del último mes del año (antes de la festividad de la Inmaculada Concepción, su patrona), pero la coincidencia con el Día Mundial en la lucha contra el Sida lo retrasó en esta ocasión. Respecto al destino del dinero y a falta de que la próxima reunión de la comisión lo autorice, Colomar mostró la necesidad de que las cantidades que se obtengan recaigan en «terminar los proyectos en marcha, sufragar los gastos motivados por el consumo permanente de material sanitario y afrontar los nuevos retos». En ese sentido, la ampliación del centro de formación con un aula más o la organización de un festival benéfico en el Recinto Ferial el 29 de enero en honor de las personas «de corazón abierto», como las calificó el presidente, que prestan su apoyo a la organización de manera desinteresada, son las iniciativas más inmediatas.