El vicepresidente de la Asociación de Constructores de Eivissa,
Juan Tur Ripoll, viajó recientemente a Cuba, junto con otros 22
representantes de la Confederación Nacional de Asociaciones de
Construcción de toda España, para comprobar las posibilidades de su
sector en este país. Tras seis días de visita la conclusión ha sido
positiva. «Cuba -explica Tur- está como Mallorca en los años 50».
La diferencia, «es que ahora los constructores sabemos los errores
urbanísticos en los que no se puede caer para explotar
turísticamente una zona», añade.
Juan Tur ha constatado que el interés de los empresarios
ibicencos por invertir en la isla caribeña es creciente. En este
sentido asegura que las posibilidades de inversión son «muy
buenas», pero matiza que las empresas que se aventuren a competir
en sectores como el turístico «deben ser fuertes». Para establecer
una empresa mixta de capital cubano con español «hace falta mucho
presupuesto», asevera el vicepresidente de los constructores. «Para
una pequeña empresa puede resultar peligrosísimo lanzarse a una
aventura así», advierte.
Por eso recomienda a los pequeños y medianos empresarios de
Eivissa y Formentera que apuesten más por las posibilidades
comerciales y de venta directa que ofrece Cuba, como en maquinaria
o productos elaborados. Tur Ripoll considera que las posibilidades
de expansión se multiplicarán en cuanto la isla se abra al
exterior. «Cuba es la Mallorca de América», compara Tur, que basa
esta afirmación en que esta isla «es mucho mayor que Eivissa, con
1.000 kilómetros de largo», pero con unas posibilidades turísticas
«insuficientemente potenciadas», afirma el empresario.
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