La proliferación de terremotos a lo largo y ancho del mundo ha provocado una cierta psicosis. Los últimos episodios de Turquía, Grecia y Taiwan han hecho preguntarse a la población sobre las posibilidades de que las Pitiüses sufrieran, algún día, una de estas catástrofes. Sin embargo, el jefe del Area de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño, no tiene tan clara la respuesta: «Es prácticamente imposible un terremoto como el de Turquía, aunque la zona en la que están ubicadas las Pitiüses no está nada clara, nos falta mucho estudio», asegura el experto del Instituto Geofísico Nacional.
En la base de datos de este departamento ministerial no figura ningún terremoto que haya tenido su epicentro "es decir, el centro desde el que se propaga" en Eivissa. Eso sí, cuentan con una larga lista de movimientos sísmicos que han afectado a las Pitiüses. El más sonado, sin duda, fue el que aconteció en el año 1654.
En aquella fecha, el centro del terremoto se localizó en la localidad menorquina de Alaior. Atención a la intensidad: nada menos que nueve puntos Msk. Esta escala no tiene nada que ver con la popular Richter, que mide la magnitud, es decir, la energía liberada en el centro del seísmo. La Msk "antes conocida como Mercalli" da un valor de la intensidad, esto es, de las consecuencias del movimiento para el entorno y los daños producidos. «El tope de la intensidad está en el nivel 12. Entre los valores 2 y 3 la población nota algunos temblores; a partir del 7 llegan los daños estructurales. Con un 9, los edificios, y más los de esa época, caen uno tras otro», explica el especialista del Instituto Geofísico.
La población de las Pitiüses de 1654 notó y sufrió algunos daños a causa de ese terremoto, aunque no tantos como sus vecinos de Menorca.
El siguiente temblor de mayor intensidad registrado en Balears afectó en el año 1851 el noroeste de Mallorca. En aquella ocasión, los indicadores alcanzaron el nivel 8 Msk, es decir, con daños estructurales incluidos.
Desde el primer movimiento sísmico "el de 1654", la Comunitat ha padecido nada menos que 40 terremotos, algunos de muy baja intensidad y que han pasado totalmente desapercibidos para la población. Este es el caso del último movimiento sísmico, que se produjo el 1 de mayo de 1995 en Campos del Puerto, en Mallorca, y que alcanzó entre 2 y 3 puntos Msk, según Eduardo Carreño.
La actividad sísmica de Balears es, a la luz de estos datos, muy pequeña aunque se desconoce todo su potencial, según Carreño: «En la península, la actividad se centra en el contacto entre la placa africana y la placa europea. La interacción de las placas entre las Azores y el estrecho de Gibraltar no está demasiado bien determinada; nos encontramos con un área poco definida y muy mala para el estudio», explica.
Sin embargo, el jefe del Area de la Red Sísmica Nacional trata de tranquilizar a la población: «Nunca se sabe, pero es dificilísimo que ocurra ahí un sismo de magnitud importante», asegura. Así, las posibilidades de que suceda algo similar a lo que ha ocurrido este último mes en Turquía o Grecia está «casi del todo descartada, entre otras cosas por que en esa zona es de conocimiento público que la actividad sísmica es mucho mayor», concluye.
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