La tradición concentrada en el paseo de Vara de Rey. S'Alamera se convirtió ayer por la tarde en una síntesis perfecta de productos, arte y cultura tradicional de las islas. La III Trobada d'Escoles, organizada por padres, alumnos y profesores de los diferentes centros educativos de la isla demostró la vigencia de costumbres del pasado en pleno presente.
Después de la buena acogida de los dos últimos años, (en 1998 las estimaciones destacan una presencia de 5.000 personas), las entidades convocantes, la Federació d'Associacions de Pares i Mares d'alumnes d'Eivissa, el Institut d'Estudis Eivissencs y la Associació Pitiüsa per la Renovació Pedagògica, se han animado a repetir la experiencia con algunas innovaciones en el programa.
21 talleres permitieron a grandes y pequeños desde pintar una concha a participar en el «Joc d'Eivissa», un simulacro del juego de la oca pero sustituyendo el animal por un barruguet y un itinerario entre Sant Rafel y Dalt Vila en lugar del recorrido habitual. Esta figura literaria estaba también presente en el stand de contacuentos, junto al fameliar y al fullet, tallados por los alumnos de Artes y oficios en las sucesivas ediciones del acto. En el expositor narraron para los niños Jean Serra, Toni Carmona, Pepín Guash y Margalinda Torres.
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