Desde el «excelente, no podía ir mejor» de Andrés Romero, al «fatal, no me lo explico. Es la primera vez que expongo y, desde luego, no pienso volver nunca más» de Marga Lesmes, las opiniones de los artesanos que este año han dado vida a la Fira d'Artesania Plaça d'Art recorren toda la gama posible de calificaciones.
Ayer fue el último día de la feria que dio comienzo el pasado 24 de marzo y que este año ha coincidido con las vacaciones de Semana Santa. También en el cambio de fechas de la feria, que el año pasado tuvo lugar a finales de abril, las opiniones de los comerciante están divididas: «El problema no es que ahora haya poca o mucha gente, el problema es que media demasiado tiempo entre la feria en la temporada turística propiamente dicha. ¿Ahora qué hacemos? es la pregunta», comenta Romero, especializado en la artesanía de piel.
Muchos de los artesanos de la Plaça d'Art, no obstante, coinciden en afirmar que el buen tiempo, más que ayudarles, les ha perjudicado, ya que, en su opinión, la gente en vez de acudir a la feria se ha ido a la playa. La huelga de los aviones es otro de los puntos en los que los artesanos coinciden. «La vacaciones de Semana Santa son cortas, si tienes que perder un día por los retrasos en los vuelos, no viajas», comenta Romero.
También hay puestos y puestos. El objetivo de algunos de los artesanos que acuden anualmente a la feria es vender el máximo posible en los días que dure ésta; otros, sin embargo, están más interesados en hacer contactos para el futuro. Depende de los productos que se ofrezcan. Este es el caso de Wendy Williams: «Por mi parte, he hecho bastantes contactos. Lo que también me ha sucedido a menudo es que durante la feria me compran una pequeña pieza y al cabo de un tiempo recibo un encargo grande de la misma persona». El puesto de Paulo Viheira, ganador del premio al mejor artesano, es otro de los pocos afortunados: «Ha ido bastante mejor de lo que esperábamos», comenta Mercedes, quien ha estado al cargo del stand durante toda la feria.
Por su parte, los responsables de los puesto de Casa Madera Jeellery, Mónica Lignelli, Ishvara o Tardiveau Olivier comentan que, aunque podía haber ido mejor, «no ha ido mal del todo».
En definitiva, para mejorar los resultados habrá que esperar al próximo año, ya que ayer fue el último día de la feria. A las diez de la noche tuvo lugar la clausura oficial en la que se entregaron los diplomas de participación y los premios de la presente edición. También se celebró el homenaje a José Marí Ribas, Frígoles, por sus años dedicados a la alfarería.
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