Llorenç Córdoba durante sus declaraciones a los medios, este lunes por la tarde. | Moisés Copa

La coalición que gobierna el Consell de Formentera, Sa Unió, tiene al menos dos grabaciones de conversaciones en las que su presidente, Llorenç Córdoba, exigiría el pago de sobresueldos en varios encuentros en los que «no defendía los intereses» de la isla. Un dinero al margen de los pagos que ya recibe formalmente como presidente insular y diputado y que rondan los 80.000 euros al año, además de otra importante dieta de la Autoritat Portuària y todos los gastos pagados por parte del Parlament.
Fuentes cercanas a Sa Unió han evitado precisar quiénes eran los interlocutores de Córdoba y dónde se realizaron estas grabaciones pero sí han dejado claro que en las mismas se puede escuchar al formenterés pidiendo el pago de sobresueldos.

El portavoz de Sa Unió, Óscar Portas, avanzó el domingo la posibilidad de poner sobre la mesa las «pruebas» que justificarían que Sa Unió haya exigido la dimisión de Córdoba. Portas señaló que estas pruebas están en manos de una abogada y que la coalición quiere ir «paso por paso». La oposición en el Consell, formada por el PSOE y GxF, ha exigido la presentación de estos documentos antes de apoyar algo tan serio como sería la «destitución de un presidente», indicó ayer Alejandra Ferrer tras la reunión celebrada este lunes en el Consell y en la que Córdoba se negó a dimitir de todos sus cargos.

El presidente no se va

Llorenç Córdoba ha comparecido este lunes por la tarde ante los medios para valorar la reunión que, convocada por él mismo, mantuvo durante la mañana con los miembros de su equipo de Gobierno, de Sa Unió, y de la oposición, del PSOE y GxF. Córdoba insistió en que no entra en sus planes dimitir, tal y como le exige Sa Unió, y se ha aferrado a la idea de que la coalición ganó por mayoría absoluta el pasado de mayo porque él lideraba la candidatura como independiente. «Tengo que medir mucho las palabras porque me lo han recomendado los abogados», fue la frase con la que comenzó Córdoba una intervención en la que no admitió en ningún momento alguna responsabilidad en la grave crisis de gobierno abierta por él mismo en la máxima institución de Formentera hace ya dos semanas.

El todavía presidente del Consell aseguró que en esa reunión presentó ante los consellers las «pruebas físicas» de su inocencia. Pruebas que, por lo que explicó, consistirían en los chats mantenidos con la presidenta del Govern, Marga Prohens, tras reunirse en Palma después de anunciar que no seguiría apoyando «incondicionalmente» al Govern del PP. Estos chats, aseguró Córdoba, reflejarían que entre él y la presidenta hay un clima de cordialidad y no una situación de tensión: «No soy un chantajista. No soy un extorsionador. No he entrado en política por interés personal. Lo he hecho por ayudar y pensando siempre en lo mejor para Formentera». Y añadió que si él hubiera hecho alguna de las cosas de las que se le acusa desde Sa Unió, la actitud de Prohens hacia él sería muy diferente. A la pregunta de su opinión sobre las palabras de Marga Prohens pidiendo su dimisión, Córdoba se ha limitado a responder que, si dimitiera, alguien tendría que explicar «al pueblo de Formentera» que su presidente ha dejado el cargo porque lo ha solicitado el PP balear.

Córdoba, por otro lado, negó haber amenazado este lunes a José Alcaraz y Verónica Castelló con cesarles. En este sentido, explicó que ha pedido la dimisión de ambos consellers por considerar que han sumido a la institución en la «inestabilidad». Ha puesto como ejemplo de ello la reacción que tuvieron cuando hace dos semanas anunció que no apoyaría incondicionalmente a Prohens. Y es que, según explicó, cuando regresó un día más tarde a Formentera, se encontró con que Alcaraz había «destruido» su imagen diciendo «falsedades». Es más, según su versión, Alcaraz habría llegado al extremo de eliminarle de todos los grupos de WhatsApp que compartían como miembros de Sa Unió, del Consell de Formentera y del propio Parlament.

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Córdoba afirmó que mantiene su confianza en el resto del equipo de Gobierno. Sin embargo, no dudó en asegurar que los integrantes de Sa Unió «están desbocados». Algo que le extraña después de haber sido «compañeros durante tantos años». Muy diferentes fueron sus palabras hacia los consellers de la oposición: «Es un lujo como presidente tener una oposición con esta calidad humana».

El aún presidente formenterés arremetió también contra el vicepresidente del Govern, Antoni Costa, al que recriminó creer únicamente la versión de los hechos ofrecida por Sa Unió. «Dice que se fía de Sa Unió», añadió y recordó, aunque sin profundizar en ello, que también se fio de Juan Antonio Serra Ferrer al nombrarle director gerente del Ibetec. También criticó que Costa hable de él como integrante del grupo del PP en el Parlament cuando desde el inicio de la legislatura está en el Grupo Mixto. Sobre esta cuestión, Córdoba explicó que ha solicitado a la Junta de Portavoces de la Cámara autonómica poder cambiar su ubicación en los plenos pues ahora mismo se sienta junto a los populares, que le están «atacando».

En cuanto a si pidió o no sobresueldos a Marga Prohens, Llorenç Córdoba explicó que solicitó «más recursos» porque los 2.700 euros mensuales asignados por el Parlament a su grupo deberían ser para el funcionamiento de este y no para Sa Unió. Este dinero, añadió, se encuentra ahora «en una cuenta y está bloqueado». «Yo puedo entregar el dinero», señaló, «pero ¿cómo pago entonces los gastos del grupo?».

Sobre la posibilidad de que Formentera no pueda aprobar los Presupuestos de 2024 si Alcaraz dimite o es cesado, Córdoba aseguró que, a pocos días de que vayan a ser debatidos en Pleno, deberían estar ya preparados. Y señaló que este proyecto debe ser firmado por el presidente, por lo que, en su opinión, si fuera él el dimisionario, tampoco podrían salir adelante.

Córdoba admitió que el Consell de Formentera «se está empezando a volver algo ingobernable» y culpó de ello a Alcaraz y Castelló. De ahí que insistiera a lo largo de toda su intervención en que es necesario que ambos dimitan para poder «ir adelante». «Alcaraz quiere conseguir en dos meses lo que no ha logrado en unas elecciones», afirmó, «el pueblo ha elegido a Sa Unió y a mí como candidato. Pero lo de trabajar en equipo nos está costando mucho».

A pesar de que Sa Unió le ha exigido en repetidas ocasiones que dimita, Llorenç Córdoba aseguró que no se siente solo en este momento. Considera que tiene el respaldo «del resto de gente que no son los que están en el equipo de Gobierno». Y sumó a esta «gente» a los consellers de la oposición, aunque, en este caso, admitió que, si bien no han pedido su dimisión, tampoco «han atacado al PP diciendo que dicen mentiras». Córdoba reconoció, finalmente, que la salida de la crisis que él mismo ha creado es «complicada» pero insistió en que la solución pasa por la dimisión de José Alcaraz y Verónica Castelló.