Las medidas más destacables son las que se han tomado con los usuarios del Centro de Día de la isla, que reabrió el pasado lunes después de haber estado cerrado dos semanas al dar positivo uno de los usuarios y una trabajadora.
El equipamiento ha ofrecido a los 23 usuarios actuales la posibilidad de quedarse en casa y acceder a determinados servicios a través de «atención personalizada, para evitar riesgos.
El que necesita fisioterapia, lo hace con cita previa, y lo mismo con las higienes y el resto de actividades» explica Ramírez. Según el conseller «de este modo evitamos riesgos innecesarios, teniendo en cuenta que estamos en un periodo de espera de la vacunación a usuarios y trabajadores que presumiblemente se inicie esta misma semana».
El número de usuarios del equipamiento que atiende a personas mayores y con alguna minusvalía se ha ido reduciendo desde el inicio de la pandemia, ya que algunos han decidido quedarse en casa al cuidado de sus familiares o de los servicios a domicilio de la propia Consellería.
También se ofrece a aquellos que lo necesiten el servicio de comidas, que pueden recogerse en el centro, «para continuar con su dieta habitual de alimentación equilibrada y descargar de ese trabajo a las familias».
Ramírez confía en que la aplicación de la vacuna a usuarios y trabajadores del centro «cambie la forma de proceder en el centro, que desde el inicio de la pandemia ha estado muy marcada por la presencia del virus, con protocolos muy exigentes para evitar riesgos».
Reorganización
El resto del departamento de Servicios Sociales también se ha reorganizado «para proteger a los usuarios y profesionales y será necesaria la cita previa para poder acceder a la Consellería. Evitamos las reuniones físicas y todos aquellos puestos en los que es posible, están haciendo teletrabajo».
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