Sergio González siempre es directo y contundente en sus opiniones. | Moisés Copa

Se acaba de cumplir un año desde que Sergio González Malabia (Valencia, 1976) fue nombrado juez decano de Ibiza. Un cargo que le ha supuesto un buen altavoz para dar a conocer las carencias que sufren los juzgados de la isla, pero también poco tiempo libre para dedicarle al ocio y a su familia.   

—¿Qué ha mejorado en los juzgados de Ibiza desde que usted es juez decano? ¿Qué funciona mejor?

—Lo primero que hicimos fue poner en marcha el servicio de mediación intrajudicial. Los datos a mitad de año es que de los 40 asuntos que ha habido en Balears, 22 son de Ibiza, que es muchísimo. El sistema está funcionando y hay que intentar que cada vez haya más asuntos. El Ministerio de Justicia creó el Juzgado de Instancia número 6 y lo especializamos en familia y discapacidades. También hemos solucionado los informes forenses de menores y de guarda y custodia. Solo hay una psicóloga forense y los informes se estaban demorando. Gracias a un convenio con la Fundación Conciencia, ellos asumen el coste de los informes externos, lo que es un gran alivio. También hemos firmado un convenio con la Policía y la Guardia Civil para regular la disposición de los detenidos, porque había follón si tenían que pasar a disposición por la tarde. Se ha plasmado en un convenio lo que estaba ocurriendo en la práctica. También hemos hecho las tres salas amables y hemos intentado estrechar lazos con la las instituciones públicas y entidades privada de la isla. Con la consellera de Benestar Social, Carolina Escandell, tenemos un trato diario. También hemos hablado con los senadores y los diputados. Hemos reestructurado las salas, hemos traído el Juzgado de lo Social e insistir en un montón de cuestiones que nos vendrían muy bien pero que no dependen de nosotros, como que se termine el edificio o se cree un nuevo juzgado de lo Social. Además de toda la gestión del día a día de los jueces. Ytodo esto trabajando a la vez en mi juzgado, sin estar liberado.             

—Una de sus características es la de no andarse con paños calientes y decir las cosas como son, sobre todo en cuanto a las carencias que tiene la administración de Justicia en Ibiza. ¿Siente que sus reclamaciones se escuchan en el Ministerio de Justicia?

—No sé si se escuchan, pero yo las suelto. Mis padres son de un pueblo de Cuenca y yo, aunque soy de Valencia, me he criado prácticamente allí. Y allí se dicen las cosas claras. Cuando estás de juez no te enteras pero ahora me doy cuenta de la administración de la Administración. Para la sala de mediación pedimos una ordenador y una impresora. Al final no se autorizó porque iba a utilizarlo un mediador y no personal de Justicia. Yeso que tenemos un cuarto lleno de ordenadores e impresoras que se han retirado y no se utilizan. Nos reunimos con el secretario de Estado de Política Territorial para explicarle nuestros problemas y yo le expliqué nuestra petición del plus de insularidad y él nos salió con que pensaban en beneficios fiscales. ¿Cómo se ha solucionado la falta de oncólogos? ¡Con más dinero! Tengo una funcionaria que tiene al cargo una niña y cobra una nómina de 1.540 euros. Tiene pensado irse a Valencia porque con ese dinero no puede vivir en Ibiza.   

—¿Se han marchado muchos funcionarios de la isla en el último año por la carestía de la vida en Ibiza y la falta de vivienda a precio asequible?

—No sé si es por la falta de vivienda, pero se han ido un montón. Ycuando hay un concurso vienen pocos y se van muchos. Vienen los que no tienen más remedio y, a la mínima que pueden, se marchan. Ibiza es un sitio de paso, hay una inestabilidad tremenda. Y esto lo pagamos los ciudadanos. En el juzgado se nota mucho, porque cada día entran asuntos y si no hay manos que los tramiten, se van acumulando.

—¿La falta de medios humanos se ha estabilizado o va a más?

—Va a más. Yo llevo aquí 13 años    y siempre ha habido este problema. Yo llevo aquí 13 años y en Primera Instancia, que es donde yo estoy, habrán pasado más de 20 compañeros. Están un año aquí y enseguida que pueden se van. El Juzgado de Instancia número 4 está defenestrado porque han pasado muchos jueces por él. En cambio, el mío está limpio de polvo y paja porque llevo 13 años. Esto lo hace la estabilidad.       

—El Gobierno parece que va a intentar aprobar unos nuevos presupuestos para 2025. ¿Confía en que se incluya un incremento del plus de insularidad para los funcionarios de Justicia de Baleares?

—Es un problema que lo ve todo el mundo y el plus de insularidad es una medida, junto a otras, que seguro que sirve. ¿Por qué no lo probamos si en Canarias, Ceuta y Melilla funciona? Porque allí tampoco quiere ir nadie y no hay tanta inestabilidad. A los jueces nos tienen que pagar un 5 % del salario en concepto de productividad, que son unos 10.000 euros por cabeza y no pueden pagarlo porque los presupuestos están prorrogados. Y el plus de insularidad serían unos 300 o 400 euros, que serían unos 18 millones de euros anuales. Tampoco es tanto.   

—¿Cómo ve la proliferación del chabolismo en Ibiza?

—El chabolismo era residual, sólo para los que no podían o no querían trabajar. Pero ahora es gente trabajadora la que vive allí. Nos hemos cargado la clase media. Antes una persona con mi cargo vivía como dios. Es que ahora hay funcionarios vivienda en chabolas. A mi juzgado le tocó el desalojo del Rustik y había funcionarios del Consell. ¿Cómo se soluciona este problema? No lo sé, pero sí que habría que construir vivienda pública de alquiler para funcionarios que, cuando se marchen, vuelvan a la Administración. Ahora parece que en Ibiza todo se hace para el lujo. ¿Por qué no se piensan las cosas para la gente normal?   

—En abril empezó a trabajar el Juzgado de Instancia número 6, especializado en asuntos de familia. ¿Cómo está funcionando?

—A ritmo lento, porque no dado tiempo a carburar. Todavía no tiene juez titular y se ocupa de él del juez del número 1, que lo lleva muy bien. Todavía no se ha notado porque todos los procedimientos que se iniciaron antes de su puesta en marcha, los seguimos llevando los otros juzgados.

Sergio González Malabia durante la entrevista con Periódico de Ibiza y Formentera. | M.C.

—¿Qué nuevos juzgados crearía si estuviera en sus manos? ¿Cuáles son las prioridades?

—Un nuevo juzgado de lo Social. Hace falta, pero si se creara hoy no habría sitio. Necesitamos que se acabe el edificio. El que haya dos sedes es un problema para todos.

—¿Para cuándo se están señalando los juicios en lo Social?

—Lo último que sé es que estaban en noviembre de 2025, así que están a punto de saltar ya a 2026. Pero no es un problema del juzgado, sino de la cantidad de asuntos que hay. En comparación, hay muchos más casos de lo Social que de violencia de género. Si fuera por número de casos, no daría para un juzgado de Violencia sobre la Mujer, pero lo hay por el tema de la insularidad y tiene que haber uno. En cambio, hace tiempo que por número de casos serían necesarios dos juzgados de lo Social. Cada día se señalan entre 20 y 30 juicios de lo Social. Tampoco vendría mal alguno más de Instrucción.

—¿La justicia si no es rápida no es justa?

—Yo antes era abogado y lo sufrí. Desde el primer día que llegué a Ibiza como juez, fue lo primero que intenté atajar. Si yo tengo que señalar lo hago a dos o tres semanas vistas. En el resto de juzgados, como hay tanta inestabilidad, la pelota se va haciendo cada vez más grande. Una justicia que no es rápida, no vale para nada.

—Otro asunto que se alarga es la segunda fase de la sede judicial. ¿Le han comunicado cuándo se va a ejecutar y cuánto tiempo podrían durar las obras?

—La última noticia fue que se había aprobado el proyecto de construcción y ya no sé nada más. Se dijo que en 2025, pero ya estamos en verano de 2024 y no se sabe nada. Cuando vino la ministra Llop dijo que iba a estar acabado en mayo 2023. No puedo entender que se haga un edificio judicial nuevo y se deje a medias. Yhasta hace poco pagábamos el piso del Juzgado de lo Social y la sede del Cetis, por la que se pagan 700.000 u 800.000 euros al año. Cuando esté acabado y estemos todos los juzgados aquí va a ser fantástico, pero cuando digan de hacer la obra, que falta el 40 %, veremos cómo afecta a los que estamos aquí. Otro tema es la ‘brillante’ idea de no hacer un aparcamiento interno para los jueces. No lo había visto en ningún lado.   

—Un tema sensible son los casos de violencia machista y de abusos a menores. ¿Se les da el trato que merecen a estas víctimas en los juzgados de Ibiza?

—Yo espero que sí. Siempre hay opiniones interesadas para crear una alarma social totalmente innecesaria. Claro que se atiende a todo el mundo. ¿Que quisiéramos que todo fuera más rápido? Los informes de los menores se estaban retrasando mucho, uno o dos meses –que para mí es mucho tiempo al tratarse de niños– porque la única psicóloga forense no da abasto. Por eso hicimos el acuerdo con la Fundación Conciencia. Si el juez quiere, puede nombrar un perito de la lista que tiene y la Fundación Conciencia es quien paga. Hay otra plaza de psicólogo forense pero que lleva desierta mucho tiempo y nadie la coge.   

—¿Cómo afecta a los juzgados la oleada de pateras con inmigrantes desde África?

—De la entrada irregular se ocupa Extranjería. En los atestados de la Policía o de la Guardia Civil cuando los encuentran se ve si se ha podido cometer algún delito: si había o no patrón, si se les ha abandonado a su suerte, si se les ha dado agua, si tenían suficiente gasolina, si tenían salvavidas de seguridad o si ha muerto alguien.   

—¿Cree que ha existido una excesiva politización de la Justicia en los últimos años?

—Sí. Me hace gracia que se hable de esto cuando hay varios ministros que son jueces. Si eres juez, eres juez. No sé cómo se permiten estas cosas. En Ibiza cada uno hace su trabaja y se va a casa, pero desde los tribunales superiores de justicia ya hay designaciones a dedo. Tendría que ser un sistema de méritos. El otro día PPy PSOE se repartieron diez vocales para cada uno del Consejo General del Poder Judicial. Sería mejor que fueran los propios jueces los que nombraran a los miembros, porque cualquier decisión que tomen van a estar señalados por si han sido nombrados por uno o por otro. La única forma de que la gente deje de pensar que se toman decisiones judiciales por intereses políticos es que la elección sea por méritos. Pero esto le interesa al que está en la oposición, no cuando gobiernan.

—Cuando se habla de reformar la Justicia en España siempre se menciona lo de democratizar la carrera judicial para facilitar el acceso a la judicatura. ¿Qué le parece?

—Sería necesario pero, ¿por qué nadie habla de poner más medios y de invertir más dinero? El sistema de acceso a la judicatura es mejorable, pero el problema es que no se ha invertido nada en Justicia. No se invierte en medios tecnológicos ni en personal. Aquí tenemos un juez por cada 100.000 habitantes cuando tendría que ser uno cada 10.000. Pero eso se consigue creando nuevos juzgados e invirtiendo. Yo no accedí a la judicatura por la vía de la oposición, a la cual me negué siempre, sino que fue por el cuarto turno de reconocidos juristas que te valoran los méritos profesionales en determinados ámbitos jurídicos y después pasas unas pruebas para que demuestres tus conocimientos prácticos, no memorísticos. Siempre he pensado que esta vía era perfecta.         

—¿Sigue sufriendo la sede judicial actos vandálicos? ¿El Ayuntamiento de Ibiza ha tomado cartas en el asunto?

—Hace un año quedé con el alcalde después de ser ambos elegidos recientemente. Le pedí que arreglara lo de la plaza, porque a mí me parece bien que jueguen en la calle, pero no que destrocen el edificio. Y también le pedí reservar ocho plazas de parking para los jueces por temas de seguridad, porque aquí no tenemos aparcamiento y en verano es imposible aparcar por aquí cerca. En el anterior edificios teníamos estas plazas reservadas. Tienen que estar en un sitio que la seguridad pueda controlarlas, pero no ha habido manera. Me gustaría ver si esto pasara delante del Ayuntamiento o de la Catedral a ver si les gustaría